Estamos en el XV Congreso
Espirita Nacional, y al igual que en el anterior, la figura de una
mujer que camina con su propio andador, que a la vez le sirve para
sentarse, me llama poderosamente la atención. La observo como lo
hice entonces y una profunda emoción me llena. Ver esa determinación
e independencia, llena de valor, me lleva al respeto y la
admiración.
Decido acercarme para conocerla un poco mejor
y su calidez me rodea.
Tras un rato de conversación
descubro que todo aquello de lo que hablamos y el sentimiento de su
expresión merece darse a conocer a todos nosotros y le solicito
permiso para realizarle una entrevista, con la intención de editarla
en nuestro periódico, el periódico de todos vosotros.
En
este comienzo del artículo tengo la incertidumbre de cómo expresar
el resultado, si hacerlo literalmente o narrarlo….
Bien lo primero que hago,
ya que estoy grabando, es preguntar por su nombre y su pronunciación.
Tras enseñarme la pronunciación adecuada, me indica:
- Aunque mi nombre es Solveig,
todo el mundo me llama Sol desde Brasil hasta la India. Es de origen
noruego. Así se llamaba la heroína del famoso drama “PerGynt”
dictado por Enrique Ibsen. Significa Rayo del Sol, torrente del
Norte.
- Es precioso, la verdad
es que es precioso (al menos así me lo parece a mí).
Ahora te
voy a hacer una pregunta indiscreta, si quieres me la contestas o si
no me evades. ¿Cuántos años tienes?
- Uyyy, tengo
ochenta y cinco, ochenta y seis. Síiii nací en 1923, pero siempre
suelo añadir un poco, me comenta con una pícara
sonrisa.
-¿Añadir?
- Sí, siempre me ha
gustado añadir un poco, porque cuando tenía 18 ya quería tener 20.
Siempre he puesto 2 o 3 años más.
- Yo creo que no era
necesario. Tú ya impresionas sin saber tu edad, sólo con
mirarte.
Como veréis el sentido del humor de esta
extraordinaria mujer es desbordante. No hay que decir que a lo largo
de la entrevista las risas eran espontáneas.
- Bien Sol
naciste en Suecia y allí que tipo de educación moral recibiste,
protestante, católica.
- Nací en un ambiente
maravilloso, con unos padres maravillosos y siempre me acuerdo de mi
abuela que era muy religiosa y siempre cantaba canciones religiosas
que me enseñaba a mí y que aún sigo cantando.
Eran
protestantes, pero eran muy abiertos. Creíamos en Dios y Jesús.
-
Tu vida la has desarrollado en Suecia. ¿Hasta qué edad?
-
Vamos a ver. Hasta los 20 años estuve estudiando en Suecia, pero
luego comencé a viajar. Primero a los países mediterráneos,
comencé con Grecia, Asia Menor, África del Norte, Italia, y al
final, España y Portugal. Mis compañeros no quisieron acompañarme
a España, pero yo dije que el conocimiento de la Historia Antigua es
incompleta sin conocer este país y si nadie quiere acompañarme yo
voy sola. Y así fue.
-¿Qué te pareció España en esos
momentos en los que tu llegaste a ella?
- Me pareció que
había encontrado mi casa. Los españoles me recibieron con brazos
abiertos.
-¿Estamos hablando de qué año?
-
Bien son muchos años pero digamos sobre el año 52…53.
-¿Por
qué tenias ese gusto por viajar por tantos lugares? ¿Qué era lo
que te atraía para realizarlos?
- La Arqueología
Antigua.
-¿Arqueología Antigua? ¿Eso es una maravilla?
¿No?
-Sí, es una maravilla, sí. Sí. Me enamoré de la
cerámica y la piedra antigua. Tienen dibujos tan bonitos de aves,
con alas explayadas que representan divinidades y eso me encantaba.
Yo visitaba los museos y dibujaba todas las vasijas y lo publiqué en
una tesis doctoral.
- ¿Cómo fue tu primer contacto con
la doctrina espirita de Allan Kardec?
- Bien, yo siempre
había sido religiosa ¿verdad?, pero no conocí a Allan Kardec hasta
los 90 gracias a amigos en España y especialmente en 92 en el
Congreso Mundial de Espiritismo que se celebró en Madrid. Estuve
escuchando a los oradores, pero cuando subió Divaldo Pereira Franco
al podio toda la sala comenzó a dar vueltas para mí y sólo veía a
Divaldo, porque me impresionó tanto.
- ¿Le reconociste
de alguna forma?
- ¿Qué?
-¿Le reconociste,
te resultó como si hubieras vivido o conocido de otras vidas
anteriores?
-Sí, sí seguro, sí, pero no tuve ocasión
de hablar con él. Fue tres o cuatro meses más tarde cuando recibí
una carta de Estocolmo, de la presidenta de la Federación Espirita
Sueca diciendo que había invitado a Divaldo Pereira Franco a
Estocolmo y que también quería invitarme a mí. Yo acepté. Cuando
llegué allí, le vi y le escuché hablar en portugués. Todo el
mundo admirado con una expresión un poco... insustancial, porque
dijeron: “no entendemos. ¡Qué bien habla! , pero no entendemos el
portugués. ¿Hay alguien que sepa hablarlo?
Entonces
Divaldo clavó sus ojos en mí diciendo: “Voce, ayuda” y yo dije
“no, yo no sé portugués”. –Sí sabes- dice él. Yo no sabía,
pero fue como si apretaran un botón y empecé a interpretar del
portugués al sueco, porque los espíritus me inspiraron y ya
entonces sabía hablar esa lengua. Los espíritus nos ayudaron y
desde entonces siempre le he servido de intérprete cuando visita los
países nórdicos.
- ¿Hay un amplio movimiento espírita
en los países escandinavos, Suecia, Noruega?
- Hay
movimiento, pero tienen que luchar mucho. Como te he dicho la
presidenta de la federación es brasileña casada con un sueco y han
introducido el espiritismo en Suecia con ayuda de Divaldo y su primo
Nelson. Durante 10 años les invitaron para dar conferencias
allí.
Ahora ella está escribiendo un libro que se titula
“Diez años con Divaldo.”
- Cuéntame para conocerte
un poco más personalmente ¿cómo ha sido tu vida? Me has dicho que
tenías una vida familiar muy amorosa con tus padres, que estuviste
en Suecia hasta los 20 años donde estudiaste Arqueología Clásica,
y a partir de ahí empezaste a viajar por varios países.
-
A la vez que estaba estudiando Arqueología Clásica, estudiaba
poesía. Después junto a mi compañero, mi esposo, fui a la India a
estudiar yoga y sánscrito. Queríamos montar una escuela allí, pero
ya mi marido dijo que no podíamos abandonar a nuestros hijos en
España, no eran nuestros hijos biológicos sino nuestros alumnos.
Les queríamos tanto como si fueran nuestra sangre, y ellos nos
correspondían en igual medida. Dijo mi marido “vamos a montar una
escuela en la India, pero cada año vamos a volver un mes a España
para no abandonar a nuestras criaturas.
En el mes de
agosto, cuando más calor hace. Volveremos
Estando allí
mi marido, mi compañero, tuvo un problema muy grave de corazón y
tuvimos que volver a España. Y aquí pasámos unos quince días de
tranquilidad en Navidad. Pero luego una noche, la Nochevieja, mi
marido desencarnó bajo condiciones muy dramáticas, por lo que yo
tuve un shock del que casi no me recupero durante mucho tiempo, y
claro esto me ha estimulado aún más mi interés por el
espiritismo.
Comencé a tener visiones, veía a mi marido
a mi lado diciendo que no estuviera triste, que él seguía viviendo
y que me llevaría a un maestro que me habría de ayudar.
Poco
después fue cuando conocí a Divaldo.
Debo confesar que
al llegar a este punto y sentir la emoción de este suceso narrado
por Solveig me quedé sin palabras. Cuando pude asentar mi mente
seguí de la siguiente manera:
- El sentimiento que te
invadiría en esos momentos, imagino que sería de una gran
Felicidad.
- Claro, todo esto me ha dado tanta fuerza
¿verdad? para seguir trabajando. Y yo sabía enseguida cuando
encontré a Divaldo que si yo alguna vez en mi vida, que pensaba
sería casi imposible, tuviera un centro espirita lo llamaría Ana
Franco, nombre de la madre de Divaldo, porque me encontré siempre
muy protegida por ella. En el Primer Congreso cuando yo escuché a
Divaldo en Madrid, él habló de su madre, de cómo ella le había
siempre estimulado su mediumnidad, siempre le había comprendido,
siempre le había apoyado y cuando ella murió muy mayor, él estaba
asolado, pero nueve días, nueve días después de su desencarnación
se le apareció diciendo: “Divaldo, todo lo que tú me has dicho es
verdad” y ella estaba vestida con el vestido blanco con flores
azules, o sea, el primer vestido que él le había comprado con su
primer sueldo, cuando tenía 18 años.
Y es que me encanta
esa capacidad que tienen los espíritus, que con ayuda de su
periespíritu pueden coger material del cosmos y prepararse vestidos
y gafas… ¡Todo, para que les reconozcan! ¿verdad?
-
Realmente es algo asombroso, y ojala algún día científicamente
podamos demostrar, para que se crea, porque cuando tenemos esa
vivencias personales y las cuentas, te suelen mirar con cara que
expresa ¿y el siguiente cuento, cuál es?
- Si, si….
-
¿Tu crees que algún día la ciencia podrá mostrar abiertamente que
todas estas experiencias que vivimos son reales?
- Los
espíritus quieren mostrarlo pero hace falta que la gente sea más
abierta, porque está muy cerrada. Es difícil hacer creer a la gente
en el espiritismo. Somos pocos, pero algunos ven cosas tan
fantásticas. Una cosa que me fascina también son los perfumes. No
sé si tu has notado alguna vez, si estas con Divaldo, que te
encuentras invadida de perfumes. Él dice: “son los espíritus que
son felices, muestran su felicidad a través de ellos.” Esta es una
capacidad bastante rara. Yo sé que había un famoso médium inglés
que también hacía salir perfumes, pero son muy pocos los que tienen
esa capacidad tan maravillosa que hacen perder los sentidos. Es una
pena que haya seres que no puedan captarlos.
A veces
cuando estoy trabajando con mis traducciones en casa y tengo una
amiga a mi lado, ella dice: ¡Oh! ¿Qué es eso? ¿Ese perfume?
Los
espíritus crean y de esa manera les hacen creer.
-Son
manifestaciones muy bonitas, la verdad.
-Si, si.
-
Me gustaría ahora preguntarte por tu centro. Me has dicho que se
llama Ana Franco en honor a la madre de Divaldo. Cuéntame sobre su
historia, cuándo decidiste abrirlo, con cuántas personas
comenzaste.
- Bien, bien, tal y como te he contado
anteriormente tenía esa intención, pero pasaron los años y yo
seguía traduciendo libros, interpretando a Divaldo, etc., etc. Pero
aún no tenía centro y ya empezó a reunirse gente alrededor de mí,
y animándome y preguntando que porqué no montaba un centro, contigo
de presidenta, me decían. Nosotros seremos tus alumnos y
estudiaremos la obra de Kardec… Eh, yo dije que sí pero tuvimos
problemas. Al principio, no les gustaba el local que había
alquilado, pero entonces me dijo Divaldo: ¿Por qué no usas tu
apartamento como Centro? Y allí realizamos una oración, Divaldo,
Nilson, el Presidente, Raúl… y de esa forma hicimos la
inauguración del centro en el mismo apartamento. Y yo siento ahora
que mi apartamento es el centro de verdad. Además yo vivo allí.
-
Eres una parte del centro.
-Sí. El centro tiene que estar
completamente puro, no se permite fumar, no se come carne ni pescado.
Tiene que estar lo más limpio posible. Nos sentamos en el suelo en
cojines fabricados por la madre de una de las alumnas y bien, estamos
montando una biblioteca, tenemos muchos videos y yo cada vez que voy
a Brasil o Portugal vuelvo con la mochila llena .La mayor parte están
en portugués y quiero que los españoles lean libros en ese idioma
porque es muy fácil. Es difícil para los españoles hablarlo, pero
leer, no. Y es que hay una literatura tan maravillosa en
portugués.
En la biblioteca tenemos el Pentateuco de
Kardec, los libros básicos, en varios idiomas, pues a veces vienen
personas de Suecia, Noruega, Holanda, etc. Y así cada uno puede
leerlos en su dialecto.
- ¿Cuántos libros has
traducido?
- He traducido libros del portugués y francés
al sueco.
La presidenta de la federación sueca, quería
tener traducidos a ese idioma los cinco libros básicos de Allan
Kardec, pero no sabía, y oyó una voz que le contó que conocería a
una mujer que le ayudaría a llevar a cabo esa realización. Cuando
me conoció en el Congreso de España del 92 empezamos a escribirlos
en sueco, yo los interpretaba y ella los revisaba, así conjuntamente
se ha ido realizando esa labor.
Después he ido
traduciendo al sueco una fila de libros de Divaldo.
- ¿Cuántos
idiomas conoces?
- Doce, catorce.
- ¿Realizáis
algún tipo de trabajo social en vuestro centro?
- Sí,
ayudamos a los enfermos. Cuando alguien nos habla de una persona
enferma, oramos por ella, y a veces suceden “milagros”, lo que no
existe según Allan Kardec, pero lo parecen. La oración ayuda.
Cuando lo hacemos por alguien y está dentro de su destino, seguro
que se cura.
- ¿Tenéis clase de mediumnidad o realizáis
algún tipo de trabajo mediúmnico?
- Tenemos médiums, pero
vienen con poca frecuencia. Como Allan Kardec dice que todos somos
médiums, intentamos todos con ejercicios espirituales y con “amor”
desarrollar nuestra propia mediumnidad, y a veces se muestra.
-
¿Qué tipo de mediumnidad tienes al margen de la espontaneidad a la
que ya nos hemos referido?
- Tengo experiencias
mediúmnicas como las que he expresado pero no soy médium que pueda
decirte ven mañana a las cinco y vamos a hacer tal o cual cosa...
-
Es bonito Sol esos efectos espontáneos, porque con ellos se
demuestra que no hay lugar a la manipulación, ni al engaño.
-
Verdad.
- Por último quiero preguntarte esa “paz” y
esa “alegría” que irradias de dónde te viene.
-
Suelo recitar un “mantra” de los muchos que aprendí viviendo en
la India, que además, es uno de los preferidos de Divaldo y
traducido del sánscrito dice:
“Guíame de la oscuridad
a la luz,
Guíame de la irrealidad a la realidad,
Guíame
de la muerte a la inmortalidad.
Paz, paz, paz.”
Muchas
gracias Solveig por tu testimonio y por el buen rato que pasé
realizando esta entrevista contigo. Eres un “SOL”.
Ana
Sobrino
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”
San
Martín de Valdeiglesias (Madrid)