El sentido de la oración
JOANNA DE ANGELIS
PSICOGRAFIADO POR DIVALDO
La oración es un recurso valioso para todo momento o necesidad, la oración se encuentra al alcance de quien desea paz y realización, cambiando para bien los factores que fomentan la vida y facultan su desarrollo.
La oración es el instrumento por el cual la criatura habla con Dios y la inspiración le llega en condición de divina respuesta.
Cuando alguien ora, ilumina el paisaje mental y se inunda de paz, revitalizando los puntos de apoyo de la energía mantenedora de la vida.
La oración sincera, hecha de la entrega íntima a Dios, desarrolla la percepción de realidades normalmente no detectadas, que forman parte del mundo extra-físico.
El ser material es condensación de energía, real y transitoriamente organizado en complejos celulares para el objetivo esencial de la evolución.
Desarticulándose o sufriendo influencias degenerativas, necesita de reparos en los intrincados mecanismos vibratorios, de manera que se recomponga, se reequilibre y mantenga la armonía indispensable, para alcanzar la finalidad a que está destinada.
El ser que ora, consigue resistencias en el campo de la energía, que convierte en fuerzas de mantenimiento para los equipos nerviosos funcionales de la mente y del cuerpo.
La oración induce a la paz y produce estabilidad emocional, generadora de salud integral.
La mente que ora, sintoniza con las Fuentes de la Vida, enriqueciéndose de fuerzas espirituales y lucidez.
Terapia valiosa, la oración atrae las energías reparadoras que reajustan moléculas orgánicas en el mapa del equilibrio físico, al mismo tiempo que dinamiza las potencialidades psíquicas y emocionales, fortaleciendo al individuo.
Cuando un enfermo ora, recibe valiosa transfusión de fuerzas, que revitalizan los leucocitos para la batalla de la salud y el soporte de los campos inmunológicos, restaurando sus defensas.
El individuo es siempre el resultado de los pensamientos que elabora, que acoge y que emite.
El pesimista se autodestruye, en cuanto el optimista se autosustenta.
Aquél que cree en las propias posibilidades, las desarrolla, las perfecciona y las maneja con seguridad.
Aquél otro que duda de sí mismo y de los propios recursos, envolviéndose en una psicoesfera perturbadora, desarregla los centros de fuerza y se debilita, es ahí cuando se enferma. Se asemeja a una vela encendida en sus dos extremos, que consume doblemente el combustible que sustenta la luz, hasta su extinción.
La mente que se vincula a la oración se ilumina sin desprender vitalidad, antes agotada y ahora expandiendo la claridad que posee.
Si se envuelve en las irradiaciones de la oración a la que se entrega, logrará el individuo enriquecerse de salud, de alegría y paz, por cuanto la oración es el intercomunicador poderoso a través del cual habla con Dios, y por cuyo medio, inspirado y pacificado, recibe la respuesta del Padre.
Por lo tanto, al lado de cualquier terapia prescrita, la oración es la de mayor significado y la más simple de ser utilizada.
Extraído del libro “Momentos Enriquecedores”
Joanna de Ángelis – Divaldo P. Franco
Joanna de Ángelis – Divaldo P. Franco
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