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16 mayo 2020

DE LAS SOMBRAS A LA MADRUGADA

Continuación: DEL ABISMO A LAS ESTRELLAS 

Divaldo Pereira Franco / Víctor Hugo






Es obvio que nadie puede creer en el efecto, si se obstina en negar la causa.
Ese era el cuidado de Mme. De Couberville. Trataba de darle un sentido lógico, causal y final a la vida, un orden que dominaba todo y al que todas las cosas se vinculan, a fin de atraer a los oyentes hacia las experimentaciones posteriores.

En los análisis que realizaba de las corrientes psíquistas y metasiquistas del pasado, demostraba el empecinamiento y la sistemática pasión de los investigadores que se obstinaban en someter al fenómeno paranormal a su voluntad, reaccionando cuando eso no ocurría, prefiriendo la simple y cómoda negación.

Sus realizaciones y fecundas labores ofrecieron una amplia y valiosa contribución científica –complementaba, erudita- al fenómeno mediúmnico, advirtiendo a los estudiosos sobre el fraude inconsciente, mediante las hipótesis que sostenían demoradamente.”

Discurriendo sobre las consecuencias morales del Espiritismo, manejaba los conceptos con delicadeza, teniendo en cuenta el origen israelita de los anfitriones, y como tales, las posibles creencias que abrazaban. A pesar de ello, se refería a las leyes morales extraídas del Decálogo y al sentido cristiano del mensaje espírita explicado con superior énfasis en “El Evangelio según el Espiritismo”.

Como los oyentes, apenas conocían lo que los dogmas de las religiones explicaban de Jesús, las afirmaciones de Mme. De Couberville sobre Él, resultaban agradables y perfectamente razonables en el contexto de los comentarios.

Suzette-Sara fue cambiado de actitud, paulatinamente, con respecto de las ideas espirituales. De la natural aversión que la llevaba a refutar, aún antes de oír, pasó a reflexionar y escuchar antes de rebatir.

Se aclaraban para ella los puntos oscuros de su comportamiento intelectual, ante las elucidaciones que ahora le llegaban. Los hechos no valorizados antes, ahora se encadenaban, obedeciendo a un equilibrio que hasta entonces se esforzaba por no considerar.

Afluían a su mente los recuerdos de los sueños de que había sido objeto y al referirse a ellos, Mme. De Couberville prestamente se sumergió en explicaciones.

Cuando el cuerpo duerme, el Espíritu se desprende parcialmente y entra en contacto con el Mundo Espiritual, del cual todos procedemos. Instrucciones, informaciones, esclarecimientos, nos son brindadas por los Seres Superiores encargados de nuestros destinos. Allí fijamos también paisajes tristes, sombríos, en los cuales purgan los culpables o traemos impresos los recuerdos felices, donde viven los dichosos o tormentosos de los lugares visitados.

Tal como ocurre en la Tierra, siempre nos reunimos con aquellos que nos son afines, manteniendo vinculaciones con lo que realizamos y con lo que nos complacemos. Como en el mundo físico, el mundo espiritual está lleno de seres buenos y desgraciados, conforme a los patrones éticos en que transcurrieron sus existencias.

El tiempo transcurrió, los dolores nos pesaron, las vicisitudes dieron lugar a los favores de la fortuna, pero no se alteró el ambiente directo y noble de este lugar, ni el tierno amor fraternal que nos une fuertemente.

Es verdad. En lo íntimo, proseguimos soñadores, petites chanteuses (pequeños cantores) de la esperanza, de la ventura, del amor. Las experiencias se sucedieron, los dolores saquearon nuestra vida, y no obstante, continuamos amando, sedientos de amor, a pesar de negarnos a reconocerlo.

Tienes razón, Miche. Hay en mí un abismal y pavoroso vacío interior. Me faltan las metas, los objetivos que mantienen la vida. Antes me arrojaba ansiosa e insaciable en la búsqueda de cosas, de riquezas…Ahora constato que aquello era un desvío, no una ruta, una fuga y no una realidad. He sido agraciada por el amor de Julien que es incomparable, por tu afecto y el de Adelaide, por el compañerismo de Angélique y la fidelidad de los que hoy nos sirven y no obstante, no consigo liberarme del pasado. Esta ausencia mortificante, esta angustia inexplicable será la falta de…

-… De dios! –remató el joven.- También yo siento Su falta. No consigo definir lo que pasa en mi interior. Me entrego al trabajo y a las preocupaciones, me sumerjo en la familia, y al primer instante me descubro sin ese…

-… algo, ese Ser que da felicidad a los demás y los satisface- concluyó Suzette-Sara. – En Mme. De Couberville descubro una tranquilidad venturosa de la que jamás disfruté. Su fe honesta y racional me produce un cierto deseo de creer.

De hecho, si reflexionamos sin previsión, será fácil descubrir aquel orden al que Madame se refirió, una finalidad, un determinismo en todas las cosas. El acaso, ciertamente, no explica procedencia y la armonía de la vida. No deseo referirme al Dios de nuestros padres… Que hay una Causa que escapa a la perfecta imaginación, no se puede dejar de sospechar.”

Luego de una pausa, prosiguió, cual si reflexionara, a media voz:

-Leí algunas consideraciones de Maeterlinck (Mauricio Maeterlinck- Célebre escritor, poeta y filósofo simbolista belga, nacido en Gand el 29-8-1862 y fallecido en Nice el 6-5-1959.), y me detuve a meditar sobre la valisneria, sencilla planta de los lagos. Tiene vida subacuática, viviendo la masculina junto a la femenina, en el profundo silencio de las aguas. Las masculinas flores, se prenden a la planta por un delicado y corto pedúnculo, en cuanto que las femeninas se mantienen ligadas por un asta espiralada de gran dimensión que al desarrollarse alcanza la superficie. Allí duermen las flores quietas. Cuando viene el momento de la fecundación, la flor femenina asciende y se abre a la luz, sobre la serenidad de la superficie. La masculina rompe el pedúculo retentor, sube y se abre, liberando el polen fecundante, en el momento en que la otra lo espera, lo recoge, se cierra en una delicada cápsula y retorna al lugar de donde procedió, para el milagro de la reproducción, mientras la primera fenece… Cuánta precisión, armonía y finalidad!

El instinto de los animales intriga a los estudiosos.

el misterio genético desafía a las más doctas inteligencias.

Las leyes de equilibrio que rigen en la selección y manutención de las especies animales y vegetales, fascinan.

Y ¿el macrocosmos? Solamente ahora están siendo detectadas las Leyes de la mecánica celeste, por los concepcionistas, matemáticos, físicos y astrónomos que se unen para intentar comprenderlas. El Universo es un desafío.

Sí, hay Dios. Y es mucho mayor de lo que lo dibujó la miserable mente humana, la tacaña vanidad de los hombres. Es la matriz universal, causa de todo y de todos.”

-La vida nos hizo o nos hicimos un gran mal, empujándonos al escepticismo en el que ahora sufrimos sin consuelo… expuso Michel. –Cuando la pizarra escribió el nombre de René-Pierre yo tuve la indefinible certeza de que el venerable bienhechor estaba allí con nosotros, nos envolvía en aquella incomparable mirada sin palabras con que nos sostenía en las horas más difíciles… Yo creo, sí, que él volvió. No podría explicarlo con la razón, pero lo sé con el corazón.

-Me siento inclinada a creer en lo mismo… La honestidad de Madame Couberville es irrefutable, su desinterés utilitario es inconfundible, por tanto, lo que ocurre mediante su intermedio está marcado por la autenticidad. Me veo obligada a rectificar conceptos y modificar opiniones. No es fácil. Ya no se puede dudar que estamos entre dos mundos que se interpenetran. La moderna Física descubre para la actualidad conocimientos en torno de la materia y la energía, antes jamás supuestos. Por qué no considerar la probabilidad del Espíritu como una energía que huye a nuestra comprensión, no obstante, perfectamente real?

-Retirando de las religiones –adujo Michel-, las características pasiones, trivialidades y miserias humanas, esto es: desnudándolas, todas proceden, como aseveró Mme. de Couberbille con buenos fundamentos, de Dios, de la inmortalidad del alma, de la justicia… Sin embargo, me parece que el proceso reencarnacionista, contrariamente a la unidad de la vida, explica, sin duda, innumerables enigmas teológicos, filosóficos, morales…

-Eso es irrefutable! –confirmó Suzette.- Vuelvo a pasar por el cedazo de la razón los acontecimientos que sucedieron en torno de nuestra familia, que alteraron más de una vez nuestras vidas y la de nuestra familia, que alteraron más de una vez nuestras vidas y la reencarnación nos da ayuda vigorosa como para entender todas esas extrañas tramas. Conmigo misma, cuántas cosas han sucedido…!

En la emoción del momento la médica estuvo a punto de desnudar su alma al hermano querido, que dialogaba con los sentimientos desprovistos de cualquier reserva, entretanto, el poderoso control que se imponía la hizo detenerse.

-Puedo comprender- la reconfortó el joven, que mucho le debía-, tus dolores, desde aquellos infortunados días. Cuánto silenciaste en luchas acerbas, hoy lo sé, en sacrificios que redundaban en el beneficio de nuestras hermanas y en el mío…

Las lágrimas fusionaron los dos corazones. Necesitaban llorar –en secreto y en fraterna comunión, lavar el lecho de dolores por donde corre el río de la vida y aquel momento, de confidencias y esperanzas, acogía las ansiedades de ambos, mitigando sus extrañas, sordas e ignoradas aflicciones.

Con las manos entrelazadas, como si estuvieran transfundiendo fuerzas de las que necesitaban para las luchas humanas, volvieron al Solar en silencio, dirigiéndose a sus respectivas alcobas.

-Le confieso –interrumpió Suzette Sara-, que cuando retornemos a la Capital, me sentiría muy dichosa si se me permitiera participar en ese agradable círculo de… caridad. (No estaba acostumbrada a pronunciar o ejercitar la caridad, no obstante, se sentía dulcificada en ese instante, favorablemente estimulada). Deseo asegurarle que su presencia en nuestra casa, que espero transforme en continuación de su hogar, se está convirtiendo en una de las más gratas alegrías de nuestra vida.

Como el Sol de la madrugada, usted ha llegado hasta nosotros gentilmente, sin prisa, con equilibrio, para disiparnos las tinieblas, las nieblas de nuestro mundo interior. Bendigo el momento en que Angélique nos habló de usted y la trajo a nuestra convivencia…”

Por favor, querida amiga, no se exprese así. Le soy deudora de este encuentro y de las alegrías que estoy disfrutando en este hogar , así como del reposo y del bienestar que gozo a su lado y junto a sus afortunados familiares.

Después de una ligera reflexión Mme.de Couberville agregó:

Creemos que las simpatías, los afectos, así como las antipatías y las animosidades proceden del pasado espiritual de los seres. La Psicología se enriquece a la luz de la reencarnación, solucionando innumerables de sus incontables enigmas. Hay encuentros de seres en la Tierra que, indudablemente, son reencuentros, buenos o malos, felices o funestos… El río de la vida fluye incesantemente. Quizá ya nos conocíamos desde antes de estos días.

Es probable, por lo menos, me parece lógico. Mentalmente relaciono algunos hechos y personas, que ahora, vistos bajo este ángulo, asumen hermosas configuraciones que antes no había tenido en cuenta.

La reencarnación es el nuevo Edipo descifrando las esfinges de la existencia planetaria. Todos los misterios se diluyen y se caracterizan las legítimas fases del mecanismo de la vida. (Edipo-Hijo de Laio, rey de Tebas y de Yocasta. Edipo adivinó el enigma de la Esfinge y ésta, furiosa, se arrojó al mar. Fue aclamado rey y desposó a su madre, sin saberlo. Cuando fue informada por un oráculo, Yocasta se suicidó, ahorcándose; Edipo se arrancó los ojos y partió hacia Tebas conducido por su hija Antígona.)

Los hechos asumen contornos enteramente nuevos, toman una apariencia diferente y lógica, encadenándose los acontecimientos dentro de un programa de perfecta elaboración.

Al hacerse un ambiente propicio a causa de la armonía que había surgido entre ellas por la hermosa conversación mantenida, Mme. de Couberville dijo:

Siento la presencia del abnegado Vianney. Hagamos silencio, en una actitud de recogimiento mental y oigámoslo.

La señora se reclinó más cómodamente en la chaise longue, se aquietó, mientras que Suzette Sara, desconociéndose ante las circunstancias jamás esperada, sin las reacciones habituales, se puso a meditar con respeto y unción profundos. Sentía una emotividad dominadora, pronta a romperse en lágrimas. El Corazón, marchando en disritmia, denunciaba la ansiedad que la envolvía.

Sin mayores alteraciones que una débil palidez en el rostro, los ojos cerrados como si durmiese tranquila, los labios de Eléonore se entreabrieron y una suave cuán musical voz, con ligera modulación masculina, la saludó, prosiguiendo afable:

Todos estamos destinados a la sublime luz. La vida es el más precioso tesoro que se conoce. No siendo el hombre su autor, no le compete interrumpirla a su gusto.

Suzette Sara se asustó, aún cuando sabía del contenido del que se revestiría la entrevista. Lo proveía, intuitivamente. Deseó interrumpir el mensaje, pero se contuvo. Adquirió una fuerza vigorosa para enfrentarse con la verdad que la alcanzaba sin disfraces y sin rebusques. Algo le decía en la conciencia que no debería huir más, Se aquietó y esperó.

Las criaturas no elaboran la vida; actúan como co-creadores en la Obra de Nuestro Padre. Asumir el compromiso de interceptar, interrumpir, destruir lo que se puede hacer o rectificar, es grave y pesado delito. Por tal razón, nadie se puede erigir en árbitro de la existencia, decidiendo quien debe o no vivir, proseguir o iniciar el compromiso carnal. Carece de las condiciones mínimas exigibles para efectuar un análisis profundo, ante la acción abortiva o la decisión por la eutanasia. Empeñar todos los recursos hasta el final a fin de preservar, asistir, conceder medios para la vida, es un deber impostergable de todos, y mucho más de aquellos que se comprometen a través del sacerdocio médico a ejecutar el arte de curar.

Vivir es un premio divino que ninguna persona puede desconsiderar impunemente. Aun cuando las circunstancias se presentan adversas y la criatura sufra continuos reveses, la vida es una bendición. Razones poderosas así determinan que ocurra. Si la piedad pretende colaborar, que haga uso de los recursos que mantienen la existencia, no de aquellos que la interrumpen.

De la misma forma, la maternidad se subalterniza a factores que no pueden ser defraudados.

El hombre inescrupuloso, el padre irresponsable que fecunda y abandona, no escapará a la conciencia ni huirá de la Divina Vigilancia. Nadie defrauda los dones de la vida sin verse obligado a una penosa rehabilitación.

El justificativo de que la mujer abandonada no debe cargar a solas el peso del hijo por nacer, no es lo correcto. El dilapidador de su esperanza, de su paz, no conseguirá huir de la Justicia de Dios. Tampoco ella podrá huir, si cae en el crimen.

Expresándonos así, no pretendemos reprobar tu procedimiento, por cuanto actuando con libertad como lo hiciste, responderás en la cárcel de los remordimientos y amarguras al despertar de la conciencia.

Venimos a pedirte, que no te perjudiques más ni hagas infeliz a nadie, apoyada en la mentirosa ilusión de que ayudas. Sabes que no socorre quien yerra, conviviendo, ocultando su error, incidiendo en el crimen y generando mayores desventuras…

La existencia te sonríe y puedes, debes recomenzar. Olvida el pasado negativo y rehazlo con misericordia y amor.

Sabes, a través de la tormentosa experiencia personal, el dolor que provoca una maternidad frustrada… Por qué desquitarte del justo impedimento que te pesa, segando oportunidades que la delincuencia de otras infelices traen a tu complicidad?

No te juzgamos, no te censuramos. Te llamamos la atención sobre lo que debes hacer. Lo que te comprometiste a realizar y la forma cómo vienes procediendo.

Agiliza tus pasos, refrena el sufrimiento íntimo, olvida los dolores –que necesitabas sufrir por razones pretéritas que más tarde comprenderás- y edifica la esperanza, preserva el bien, fomenta la alegría de vivir.”

La voz silenció por un momento, en cuanto la médica, perturbada y sin ninguna reacción, se sentía dominada por la fuerza de la verdad, a pesar del dolorido tono con que era presentada.

También veo en tu tela mental a Mme. Bointreaux y sus amigas, desfilando entre sombras, intoxicadas de soberbia, vencidas, caminando entre desdichas…

Si relacionamos por sus nombres a algunos de aquellos que se vincularon a ti más directamente, lo hacemos para ahuyentar de ti la sospecha en torno de la evasiva cómoda e irresponsable conclusión de que éste es un encuentro originado por la alucinación o que surge de las artimañas hábiles del inconsciente o en última instancia, de que la médium recogió de tu mente estas informaciones por el proceso de la telepatía.

No hay muerte, sino vida pulsando en otra dimensión.

Busca a JESÚS, A QUIEN DESCONOCES. NO LE DESDEÑES POR PRECONCEPTO DE RAZA Y CREENCIA EN LAS QUE NO ENCUENTRAS SUBSTANCIA NI VALOR.

LEE EL EVANGELIO Y DESCUBRIRÁS EL FILÓN MÁGICO DE LA VENTURA REAL.

TU SECRETO NO SERÁ CONOCIDO, PERO NO ES POR TI IGNORADO Y ESTO ES UN CRISOL PARA TI MISMA.

La sensitiva se encuentra en trance sonambúlico, lo que podrás constatar con tus conocimientos médicos. No recordará nada de éste, nuestro encuentro.

Aprovecha este momento hija o perderás casi una eternidad para la recuperación.

Alguien más te ha hablado antes, otras veces, y como te apartaste de él por rebeldía, hoy vengo en su nombre.”

Después de las últimas palabras del santo Vianney, Suzette Sara se arrodilló, tomó las manos de la médium y las besó en un torrente de lágrimas.

Toda una vida se había sintetizado en aquel momento sagrado. No había nada en la Tierra que pudiera compararse a aquella hora trascendente de espiritualidad.

-Yo creo en Vos, Dios mío! Ayúdame en mis dudas, socórreme!

-Levántese, amiga mía, la ayudó Mme. de Couberville, que despertaba –un cristiano comienza la lucha de pie y enfrenta el provenir con optimismo y alegría.

Estaremos juntas en la batalla de la fe, -agregó, inspirada por el Mensajero de la misericordia-, no tema y coraje para marchar hacia el bien.”

Las dos señoras se abrazaron, afectuosamente, en un elocuente silencio con el que sellaban la entrada del Cristo en el corazón de Suzette-Sara, mediante la fe, que de allí en más, brillaría para siempre en su espíritu.

Las primeras sombras descendían suavemente sobre el Chateau, ahora iluminado por una inapagable y eterna claridad.

Cuando los familiares y amigos retornaron con algazara, encontraron en el rostro habitualmente melancólico de Suzette-Sara la presencia de indefinible luz que se irradiaba en suaves tonos de alegría.

Comenzaba a salir de las angustias en que se debatía, para encaminarse hacia los paisajes de una vida mejor.


O   o   O   o   O   o   O   o   O








11 febrero 2020

CIUDADES ESPIRITUALES

MÁS ALLA DE LA MUERTE 

 Psicografiado por Divaldo Pereira Franco por el Espíritu Otilia Gonçalves



HOSPITALIZADA

Hija mía, el trabajo de espiritualización es urgente y prioritario. Esta valiosa tarea debe comenzar lo antes posible, según la enseñanza del Señor: "mientras estamos en el camino" entre los hombres. 


Las falsas concepciones nos atan a sufrimientos que continúan indefinidamente después de que el espíritu abandona la carga carnal. El trabajo de iluminar las almas es imperativo, superando los apegos peligrosos que impiden la marcha de la ascensión y enseñando a todos los hombres que el fenómeno de la muerte es el mismo que el de la vida. 

De esto se desprende el concepto de que cada uno lleva la vida que lleva. El carácter de la evolución espiritual es positivo en la razón directa de que el hombre se desprende de las cosas materiales, ensayando los primeros pasos en el camino de la libertad.


La Doctrina Espiritista es una fortuna al alcance de todos los ambiciosos de los tesoros eternos, pero rara vez se utiliza. Cuando necesitamos orientación, en ella encontramos flechas luminosas que indican, como brújulas eternas, el camino de nuestra evolución. 

Muchos, sin embargo, que son imprudentes y necios, se retrasan en la Doctrina Espiritista, detrás del espejismo del fenómeno como objeto esencial. Sin embargo, el fenómeno es sólo un simple marco en el lienzo de la gran realidad, siendo secundario. 

Fundamental, es el fenómeno de nuestra transformación, viviendo el Mensaje Redivivo del Señor, en todos los días de la existencia. Ejercitar el espíritu en la simplicidad es imperioso. 

Transferir a otras manos lo que se coagula en nuestras manos es ofrecer a otros lo que se guarda por nosotros, sin uso inmediato; fomentar la distribución de bienes y servicios entre los que no tienen nada, dando vitalidad a los objetos muertos en los armarios y cajones de nuestra casa, representa el culto a la sencillez y a la liberación. 

Por eso, la Doctrina Espirita es también llamada de liberación, porque, al consolar, hace al ser libre, ayudándole a hacer la mayor transformación: la interior, la que lo libera de si mismo. Cuando nos aferramos a las cosas y a las criaturas, hacemos un gasto de energía que debilita los recursos del crecimiento espiritual, a través de la concentración mental en lo que constituye la motivación central de nuestra voluntad. 

Mientras que la lección más fácil y más bella de la simplicidad es el desapego, la locura más profunda que se puede tener en la Tierra es la pasión por la carne, que desaparecerá cuando esta concentración de afecto pueda dirigirse al alma que se eterniza. 

Todos aquellos que se conectan mentalmente con la vida física, por fijación mental, se intoxican espiritualmente, permaneciendo apegados a los centros donde concentraron sus energías vitales.

A nosotros nos corresponde, diariamente, aprender la lección del Evangelio en lo que se refiere al servicio de generalización del desprendimiento, dejando de atender nuestras necesidades para atender las necesidades de los demás que, en último término, son nuestras propias necesidades. Por lo tanto, estamos obligados a renovarnos para persistir en la vida. La vida es renovación en su sentido más amplio.


No fue por otra razón que el Sublime Predicador Itinerante de Galilea nos enseñó, recordando el Decálogo, a "amar al Padre sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos", generalizando la dedicación entre las criaturas, sin la perniciosa preferencia del individualismo, sin la elección a través de los lazos de sangre y familia. 


Un miedo repentino visitó mi espíritu, ciertamente fruto de la mala educación mental sobre el problema de la "muerte", que debería ser motivo de discusión, estudio y examen más a menudo en la familia. Sólo así puede el espíritu estar preparado para una rápida y natural adaptación al clima del Más Allá. 

Al darse cuenta de mi emoción, la Hermana Liebe se acercó a mí con una energética pero amable voz, un sonido magnético. No tengo ni idea de cómo fui llevada de nuestro Cenáculo a la tibia y acogedora cama. Miré a mi alrededor y vi que no era el único alojado en la sala de caridad. Otros espíritus, con signos de desencarnación reciente, descansaban en dulce quietud, en un número no superior a diez. 

Recordando los pabellones de las antiguas Casas de Misericordia, iniciadas por Isabel de Aragón, presentaba una limpieza impecable y sus amplios ventanales, rasgados en las paredes blancas, adornados con rosas de colores y aromáticas. No supe cómo agradecer el sublime regalo que Jesús me dio, inmerecidamente, cuando el pequeño rumor de las voces cercanas cambió el guión de mis observaciones.

Eran la hermana Liebe y otra señora, con una cálida sonrisa, cuyo rostro, de brillante bondad, lógicamente fascinaba al corazón. No pude pronunciar ni una sola palabra. Sentí una sensación de profunda anemia y cansancio. 


Fue, como en otras ocasiones, el querido mentor quien me presentó a la venerable dama - esta es nuestra Zélia - ella iluminó, ayudó - la dedicada guía del núcleo de desesperación en el que nos encontramos. 

Extendiéndome su delicada mano, la anfitriona me informó con sencillez, sin afectación: "Esta Enfermería forma parte del complejo hospitalario de la Colonia de la Redención, que la bondad del Maestro nos ha confiado para la obra dignificadora y renovadora en la que nos encontramos. 

Es un recurso de asistencia fraternal, donde los compañeros, egresados de la carne, pueden descansar, elaborando nuevos planes de servicio para los días del futuro. De hecho, nuestra colonia es una de las innumerables células vinculadas a NUESTRO HOGAR para servicios de ayuda a los hermanos de carne y hueso, en cuyo techo tenemos la felicidad de aprender, tratando de servir mejor.

 Y después de una sonrisa:
 

- Yo sólo estoy a cargo de esta sala de hospital. Vibraciones de la más pura cordialidad vinieron de la Sra. Zélia, cuya dignidad y simplicidad estaban profundamente arraigadas en la promesa auspiciosa. 

Quería expresarle la satisfacción y la gratitud que llenaba mi espíritu, pero antes de que lo hiciera, la hermana Liebe, como si hubiera leído mi pensamiento, se apresuró a explicarme:- Como sabes, Othília, me esperan otros deberes en la Corteza. No puedo quedarme más tiempo a tu lado. 

Con su gran celo y eficiencia, la devota Zelia se ocupará de sus necesidades a partir de ahora. No te faltará el amor y la amabilidad de los dirigentes de este santuario de trabajo; pero no olvides, en ningún momento, velar por la mente nostálgica, dejando que el tiempo, dedicado e incansable amigo, resuelva los innumerables problemas que pondrán en tu cerebro la ansiedad, preocupándote. 

Las lágrimas volvieron a mí de forma sorprendente. La hermana Liebe, con su juventud dedicada al Maestro coronado con espinas, representaba su seguridad y serenidad. Estaba dispuesto a rogarle que no me abandonara, cuando, igualmente conmovido, penetrando en lo más íntimo de mi ser con su mirada apagada y tranquila, obtuvo, reconfortante: Mi hermana; Jesús y sólo Él es nuestro puerto, nuestro barco, nuestra seguridad.

Recuerda sus enseñanzas: "Todo aquel que cree en mí ha pasado de la muerte a la vida". Confiar y esperar: "Por el momento no podemos permanecer juntos, sin embargo, no estaremos lejos. Unidas, al mismo Jefe, somos soldados de la gran legión del amor, en la bendita Seara, bajo sus visitas caritativas. Estaremos unidos hasta donde las posibilidades de servicio lo permitan y seré su correo fraternal, llevando también sus noticias y recuerdos a sus amigos que continúan la lucha física. 

"No podría esperar más donaciones. La querida Benefactora se despidió de mí y, como un rayo de luz en busca del Gran Sol, después de despedirse de la Sra. Zélia, se perdió en la gloria del deber del más allá. 

La guardiana de la Casa, secándose las lágrimas, habló, atenta: "Yo también, al llegar a la vida espiritual, experimenté estos dolores y emociones. Sin embargo, con las alegrías del trabajo, el tiempo enjugó mis lágrimas y el futuro me habló lentamente de la necesidad de recuperar los días perdidos. 

También viví entre niños, en la vida física, trabajando en una Asociación Kardecista en Río de Janeiro. Tenemos, en nuestras vidas, muchos puntos de contacto. "Por el momento, no podemos retrasar los recuerdos que serían más dañinos y que benéficos". 

Y sonriendo, añadió:- El amor, cuando está fuera de control, es más peligroso de lo que parece. Es por eso que busco el descanso, para que lo antes posible recupere las energías gastadas en el proceso de encarnación. 

"Mañana nuestro médico vendrá a ocuparse de su organización periespiritual".

"Dejándome inmerso en una profunda elucubración, se despidió con una cariñosa sonrisa".

28 octubre 2019

EN LA MEDIUMNIDAD




Psicografía de Francisco Cândido Xavier.
Por el Espíritu del Emmanuel.
 
Libro: Seara dos Médiuns. Lección 12. Página 43.

Estudios y disertaciones sobre la sustancia religiosa del "Libro de los médiums", por Allan Kardec.

Pregunta nº 226 - Apartado 1. Reunión Pública del 12/02/1960



No es la mediumnidad lo que te distingue.

Es lo que haces con ella.


La acción del instrumento varía según la actitud del servidor.

La producción revela al trabajador.

La pluma muestra el alma del escritor.

El patrimonio se encamina en la dirección que dirige el administrador.

 

El granjero tiene la azada, sin embargo.....

Si es perezoso, deja que la invada el óxido.

Si es un delincuente, presta el corte a la insinuación del crimen.

Si es servicial y diligente, lleva feliz la cesta con flores y pan.



El legislador custodia el poder, pero a través de él.....

Si es irresponsable, estimula el desorden.

Si es deshonesto, alienta el saqueo.

Si es consciente y desinteresado, es una base viva para la cultura y el progreso.

 

El artista dispone de más amplios recursos de la inteligencia; sin embargo, con ellos....

Si está desequilibrado, favorece la locura.

Si se corrompe, extiende la adicción.

Si es ennoblecido y generoso, siempre surgirá como un apoyo a la virtud.

Es urgente reconocer, sin embargo, que sobre las cualidades y posibilidades del agricultor, del legislador y del artista, en el otorgamiento del mandato que se les ha confiado, sólo la Ley Divina debe juzgar realmente.

Todos nosotros, sin embargo, podemos clasificar inmediatamente su influencia por los males o bienes que propagan.

Así también en la mediumnidad.

Cualquier talento que te enriquezca, busca primero el bien, en la convicción de que el bien, a favor del prójimo, es el bien impecable que podemos hacer.

Así, aunque te sientas imperfecto e inadaptado, infeliz o enfermo, usa la fuerza medianímica que la vida te facilita, ayudando y educando, apoyando y sirviendo a los demás, porque el bien que haces regresará de los demás a tu propio camino, como una bendición de Dios para brillar sobre ti.


"Lo que sientes revela la dirección en la que vas; lo que piensas te señala el lugar donde estás; lo que dices indica lo que sabes; lo que haces muestra quién eres". 


Emmanuel y Chico Xavier. Lección: Definiciones. Libro: Caminos.

07 septiembre 2019

RINCÓN DE PAZ


Por el Espírito Emmanuel. 

Psicografía de Francisco Candido Xavier.

Libro: Diálogo dos Vivos. Lección nº 16.  Página 103.




Algunas personas se preguntan cómo servir a la causa de la paz.

¿No es esa una tarea para aquellos que están a cargo de la dirección del mundo....?

La paz del mundo, sin embargo, es la suma de todos los esfuerzos de las criaturas en los dominios de la pacificación.

Reflexionemos sobre esto y prestemos atención a nuestra parte, tanto como podamos.

Deja que la fuente del amor brote desde tu corazón.

Enciende en el cerebro la luz del pensamiento recto.

Transforma el trabajo de cada día en un cántico de bendiciones.

Cumple con los compromisos asumidos como si fueran las leyes de la conciencia.

Transita por los caminos del bien para con los demás.

Respeta el tipo de existencia que otros han elegido para sí mismos, así como deseas que tu propia vida sea respetada.

Levanta en ti mismo una luz roja para los comentarios desafortunados.

Hospitaliza a los agresores y maldicientes en tu clínica de oración.

No pierdas el tiempo comprando remordimientos con quejas inútiles.

Ponte la armadura de la paciencia para que puedas actuar y reaccionar constructivamente dondequiera que estés.

Instala la buena palabra en las estructuras verbales que manifiestas.

Escucha atentamente, esperando sin prisas tu turno para hablar.

No desconsideres a ninguna persona.

Resguarda para ti en el archivo de la oración los obstáculos y problemas que te desagradan, para que no destaques ante los demás por tus aflicciones.

Acepta a los demás tal como son, sin tratar de corregirlos o perfeccionarlos por la fuerza.

Aprende modestamente y enseña sin exigencia.

Ayuda desinteresadamente.

No solemnices las pruebas que necesitas para mejorar tu propio camino.

Frente a las ofensas, inmunizate en la terapia del perdón.

Espera el momento propicio para a aclarar el punto difícil que ha surgido en tu relación con los demás.

No le exijas a tu prójimo lo que tu prójimo aún no tiene para dar.

No mentalices el mal con una inquietud imaginaria, colabore en la construcción de lo mejor que debe suceder.

Sirve sin colocar las esposas en las muñecas de tus hermanos.

Y sigue adelante, convirtiéndote en un pilar principal de seguridad.

En verdad, la Divina Providencia no os pide que os transforméis inmediatamente en una estrella que disipe las sombras de la perturbación donde las sombras de la perturbación dominan la Tierra. Incluso hoy, dondequiera que estés, el Cielo espera  que seas un rincón vivo de paz.

Son innumerables los compañeros que nos preguntan cómo curar los males del mundo. Las enfermedades y los desequilibrios se encuentran en todas partes. Es necesario considerar que de alguna manera, en la Tierra todos estamos enfermos. Si te propones curarte a ti mismo, el Evangelio tiene una colección de recetas que, si se usan, pueden traerte la cura deseada de males mayores o menores y distanciarte de los otros que te acosan, porque la farmacia para la adquisición de tales medicinas pertenece a Jesús.

21 julio 2019

PIENSA UN POCO


 Francisco Cándido Xavier

"Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas testifican de mí." —Jesús. (Juan, 10:25.)

Es vulgar la preocupación del hombre común, en lo relativo a las tradiciones familiares y a los institutos terrestres a que se prende, nominalmente, exaltándose en los títulos convencionales que le identifican la personalidad.

Entretanto, en la vida verdadera, criatura alguna es conocida por semejantes procesos.

Cada Espíritu trae consigo la historia viva de sus propios hechos y solamente las obras efectuadas dan a conocer el valor o el demérito de cada uno.

Con lo enunciado, no deseamos afirmar que la palabra esté desprovista de sus ventajas indiscutibles; sin embargo, es necesario comprender que el verbo es también profundo potencial recibido de la Infinita Bondad como recurso divino, tornándose indispensable saber lo que estamos realizando con ese don del Señor Eterno.

La afirmativa de Jesús, en ese particular, se reviste de imperecedera belleza.
¿Qué diríamos de un Salvador que se instituye reglas para la Humanidad, sin compartir con ella sus dificultades e impedimentos?

Cristo inició la misión divina entre los hombres del campo, vivió entre doctores irritados y pescadores rebeldes, se unió a enfermos y afligidos, comió el pan duro de los pescadores humildes y terminó la santa tarea entre los ladrones.
¿Qué más deseas? Si aguardas vida fácil y situaciones de evidencia en el mundo, recuérdate del Maestro y piensa un poco.

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