GRAN EXPONENTE ESPÍRITA
REFERENCIAS AL PASADO
Las siguientes obras nos ofrecen algunos datos de varias reencarnaciones de quien llevara el nombre de Eurípides Barsanulfo (1880-1918), en su última existencia. En el libro "La Gran Espera", dictado por el propio Espíritu de Eurípides Barsanulfo y psicografiado por la médium Corina Novelino, él mismo señala que vivió en la época de Jesús, bajo el nombre de Marcos, en un poblado esenio al sur de Palestina y que llegó a encontrarse con Él, cuando ambos eran aún adolescentes.
Francisco Cándido Xavier, por su parte, dice que los personajes del libro "La Gran Espera" son: Lisandro, que después reencarnaría como el Dr. Bezerra de Menezes (Ver vida y obra en nuestro canal); el joven Marcos, que llegaría a ser Eurípides Barsanulfo; y Josafat, quien se convertiría en Cairbar Schutel.
Como se sabe, los Esenios corresponden a una secta judía, fundada probablemente, ciento cincuenta años antes del nacimiento de Jesús. Según se asevera, en el punto III, titulado Nociones Históricas, de la Introducción de "El Evangelio según el Espiritismo", ellos "se distinguían por las costumbres suaves y por austeras virtudes, enseñaban el amor a Dios y al prójimo, la inmortalidad del alma y creían en la resurrección. Vivian en celibato, condenaban la esclavitud y la guerra, ponían en comunión sus bienes y se entregaban a la agricultura." Como la vida de los esenios y seguramente la de Marcos, se asemeja mucho a los primeros cristianos, esto serviría para justificar la creación intelectual y moral de Eurípides Barsanulfo.
En la novela "Ave Cristo", dictada por el Espíritu Emmanuel al médium Francisco Cándido Xavier, Eurípides aparece en la figura de Rufos, un esclavo que, en el siglo II, en la ciudad de Lyon, dio un extraordinario testimonio de fe, cuando prefirió morir y ver a su esposa e hijos vendidos a un mercader de esclavos, antes que negar su fe y confianza en Jesús. Cora Novelino, en la obra "Eurípides, el Espíritu y el Compromiso", nos informa también que Eurípides fue uno de los colaboradores de Francisco de Asís, en la región de Umbría, en Italia.
En la obra "Tormentos de la Obsesión", del Espíritu Manuel Philomeno de Miranda (Ver biografía), psicografiada por Divaldo Pereira Franco, tenemos que Barsanulfo, nació en Zúrich en la encarnación anterior, en el año de 1741, con el nombre de Johann Kaspar Lavater, y que fue amigo personal de Pestalozzi, cuando ambos frecuentaban la Sociedad Helvética. Lavater llegó a ser filósofo, poeta, teólogo, y un estudioso del magnetismo animal.
DATOS DE SU ÚLTIMA ENCARNACIÓN
Ahora pasemos a hablar de la última encarnación, en la que se le conoce con el nombre de Eurípides Barsanulfo. Nació el primero de mayo de 1880, en Sacramento, Minas Gerais. Fue el tercer hijo de Hermógenes Ernesto de Araujo, también conocido como "Mogico”, y de Jerónima Pereira de Almeida, también llamada cariñosamente "Meca”.
El matrimonio Araujo Pereira tuvo trece hijos. La infancia de Barsanulfo y de sus hermanos fue difícil, ya que la familia hubo de enfrentarse, constantemente, a grandes dificultades económicas.
Corina Novelino, en su obra señala que "Meca" protegía mucho al niño, tal vez por ser muy delgado. ¿Cuántas veces no habría ella ido al extremo del sacrificio para garantizar la supervivencia de su querido hijo? Y también que: "La situación económica de la familia no mejoraba. La alimentación ordinaria de la familia era deficiente. Hubo un tiempo en que María buscaba en el campo hojas de jaramago, que cocía en agua y sal para sus hermanos", A ello se sumaba el sufrimiento de "Meca" quien padecía, desde el alumbramiento de su primogénita María Neomisia, de insidiosas crisis, que la atormentarían por muchos años.
LOS PRIMEROS ESTUDIOS
Sus primeros estudios los hizo en la escuela primaria del señor Joaquín Vaz de Melo Júnior, conocido por "Tatinho". En 1889, se funda el Colegio Miranda en la ciudad, dirigido por el profesor Juan Derwil de Miranda que más tarde colaboraría, como educador, con Barsanulfo en el Liceo Sacramentano. En dicho Colegio, Barsanulfo fue promovido a la clase adelantada, asumiendo muchas veces la función de monitor y de asistente de los profesores, iniciando así sus primeras actividades pedagógicas. Eurípides permaneció en esa Institución hasta 1901.
A comienzos de 1902, el padre lo lleva a Rio de Janeiro, con el objetivo de matricularlo en una escuela de Medicina y también, encontrarle un empleo. Consiguió un cupo en la Escuela de Medicina de la Marina. No obstante, en la víspera de su partida, "Meca" volvió a tener una de sus crisis, que siempre mantenía a todos preocupados. Eurípides y sus hermanos corren a auxiliar a su madre, creyendo que su sufrimiento y tristeza sería por motivo de la separación de su hijo. "Meca", siempre muy sensible, no resistiría a un choque emocional de ese tipo. Entonces Eurípides decide deshacer las maletas, desistiendo de su ingreso a la Escuela de Medicina.
BARSANULFO, AUTODIDACTA
Barsanulfo no hizo estudios universitarios. Fue un autodidacta. Leía ávidamente sobre los más diversos asuntos. Las lecturas despertaban en su fuero íntimo, al Espíritu culto y noble que era. Cuando joven, leyó con gran interés los libros sobre asuntos médicos del doctor Onofre Ribeiro, que pasó una temporada como huésped de la familia "Mogico" con el propósito de ayudar en la curación de Doña "Meca".
Con apenas doce o trece años, Barsanulfo llegó a convertirse en uno de los fundadores del Gremio Dramático de Sacramento, participando como protagonista en diversas piezas teatrales. Fue también cofundador de la "Gaceta de Sacramento", el primer periódico de la ciudad. Estudió la Homeopatía, con los libros de un amigo llamado Ormenio, buscando inicialmente en ella la curación para su madre.
Zeus Wantuil, en su obra "Grandes Espíritas de Brasil" indica que: "Gracias a su inteligencia privilegiada y a su propio esfuerzo, llegó a poseer tal cultura, que sus biógrafos la consideran verdaderamente asombrosa. Tenía profundos y extensos conocimientos de Medicina y Derecho. Disertaba sobre Astronomía, Filosofía, Matemáticas, Ciencias Físicas y Naturales, Literatura, con la más extraordinaria seguridad, sin poseer ningún diploma de escuela superior."
LA FARMACIA HOMEOPÁTICA
Después de haber hecho sus estudios y anotaciones de los libros de Ormenio, creó, con sus propios recursos, una pequeña Farmacia Homeopática, en la que se esmeraba en atender a los más necesitados de la periferia de la ciudad, pero sin dejar de hacerlo con cualquier persona que lo buscase. Todas las mañanas, salía hacia los rincones más apartados de la ciudad, ayudando con mucha dedicación a las personas más humildes.
El joven Barsanulfo logró de este modo ganarse la confianza y la admiración de todos, tornándose una especie de Providencia de los atribulados. Poco a poco, se revelaba en él, el profundo amor por los semejantes que fluía de su alma bondadosa y noble. En aquella época Barsanulfo también trabajaba en la casa comercial del Padre, ayudando en el mostrador y llevando los libros del registro del movimiento comercial, pero sin abandonar las lecturas y el trabajo de asistencia a los necesitados.
EL LICEO SACRAMENTANO
El 31 de enero de 1902, por iniciativa del joven Eurípides Barsanulfo para entonces con 22 años, se fundó el Liceo Sacramentano. Eurípides se rodeó de un competente equipo, para componer el cuadro de socios de la nueva entidad educacional. Vemos como el joven profesor del Liceo, antes de conocer la Doctrina Espirita, ya revelaba su profundo amor por la educación y por sus semejantes. Guiado por la sabiduría que había adquirido en anteriores existencias, conducía la Institución hacia una educación sin precedentes en la época.
Con el salario que recibe por sus servicios, en la casa comercial de su padre, garantizaba su sustento personal, así como los recursos que destinaba a los servicios asistenciales y ello sin menoscabo de los destinados a la Escuela. Inspirados en el propio profesor, los alumnos crearon un servicio de asistencia, la Sociedad de los Amiguitos de los Pobres que promovía subastas con prendas donadas, utilizando los ingresos obtenidos para la asistencia en forma de alimentos, ropas y entierros de indigentes. En poco tiempo, la fama del Liceo alcanzó a otras ciudades, cuyas familias enviaban a sus hijos a estudiar en Sacramento.
EURİPIDES BARSANULFO, ESPIRITA
A comienzos de 1903, Mariano da Cunha, el tío Sinhó hermano de Meca, quien vivía en Santa María, visita la familia de Barsanulfo, tal como lo hacía periódicamente. En ocasión de esas visitas, el huésped se quedaba en la habitación de Eurípides, su sobrino, sosteniendo extensos debates con éste, sobre las sesiones espiritas que ocurren en Santa María.
Tío Sinhó, era médium y participaba en las sesiones realizadas en la hacienda Santa María, localizada a catorce leguas de Sacramento, donde residían algunos familiares de Eurípides. Realmente, Santa María era un "foco de médiums". Mariano da Cunha, nunca encontraba argumentos contra Barsanulfo, que aspiraba a anular aquellas ideas del Tío. No entendía como personas tan honestas y equilibradas se empleaban tanto en la difusión de aquella "Doctrina del demonio.
Pero, en aquella ocasión, Tío Sinhó había venido preparado. Trajo consigo un libro que entregó a Eurípides, diciéndole: -Lo que yo no le puedo explicar a usted este libro lo hará por mí, en parte.
Barsanulfo tomo el ejemplar y lo abrió en la primera página. En ella había un conmovedor agradecimiento del Autor -el filósofo francés León Denis- a las entidades benefactoras que lo habían inspirado, en el diseño y en la estructura del libro. Esto es muy bonito y profundo -dijo el sobrino- reflejando, en su suave mirada, indudable interés.
Tío Sinhó se fue acostar pues estaba algo cansado. Del otro lado de la habitación, el sobrino comenzó la lectura, bajo la luz débil de un quinqué de keroseno. El tío se despierta, varias veces, sorprendiendo al sobrino leyendo aún. Al amanecer del siguiente día, el joven sorprendió a su tío, con una alegre exclamación: -Muchas gracias, Tío !Esto es un monumento!".
El libro tenía por título: "Después de la Muerte". Desde ese día Tío Sinhó traería a Eurípides el escaso material sobre la Doctrina Espirita existente entonces.
En 1904, el viernes de la Pasión, Barsanulfo invita a su amigo José Martins Borges, a asistir a una sesión espirita en Santa María. Ese día, Eurípides oye, a través del médium Aristides, la más "extraordinaria disertación filosófica-doctrinaria que jamás había conocido, en toda su vida, sobre el luminiscente discurso de Jesús", como respuesta a una pregunta hecha mentalmente por él, con respecto a ciertas dudas que tenía sobre las Bienaventuranzas de Jesús.
En la salutación final, la Entidad le revela su identidad:
-¡Paz! Juan, el Evangelista.
Días después, Eurípides regresa a Santa María. Esta vez, Tío Sinhó, como médium inconsciente, transmite un mensaje de Adolfo Bezerra de Menezes. A continuación, se comunica Vicente de Paul, revelándose a Eurípides Barsanulfo que era su Guía Espiritual, desde la cuna, y pidiéndole que: "Abandone, sin pesar y sin pena, su cargo en la congregación. Lo invito a crear otra institución, cuya base será Cristo y cuyo director espiritual seré yo, y usted, el comandante material. Apártese de una vez de la Iglesia!" (…). "Hijo mío, las puertas de Sacramento se van a cerrar para usted. Los amigos se alejan. Incluso la familia se resentirá. Pero, no dé importancia a eso. Proclame siempre la Verdad Porque a partir de esta hora, las responsabilidades de su Espíritu se amplían ilimitadamente".
Barsanulfo regresa a Sacramento y corta los lazos que lo unían a la Hermandad de San Vicente de Paul, provocando un enorme disgusto en el medio católico de la época. Piden a Eurípides una explicación por su conducta y el joven narra los últimos acontecimientos que cambiaron el rumbo de su vida, declarándose Espirita. El joven sufre incomprensión y hostilidades por todas partes. Los compañeros del magisterio, en el Liceo Sacramentano, abandonan sus cargos. El edificio donde funcionaba el Liceo fue requerido por los propietarios y el mobiliario fue retirado.
A pesar de todo como, Eurípides era muy buscado por la gente del pueblo, para recibir atención gratuita. Con la ayuda de su padre, transfiere su residencia a la hoy Avenida Vizconde Rio Branco, en el lugar donde, más tarde, fue erguido el Colegio Allan Kardec. Él acogía a los desdichados allí y enfermos que lo buscaban, y allí comenzó a realizar los primeros trabajos mediúmnicos, manteniendo estrecho contacto con el grupo de Santa María.
"Meca", fue la primera en convertirse, colaborando con el hijo en los servicios asistenciales, despertando así su facultad curativa, por tanto tiempo estancada. Después lo hicieron el padre y los hermanos. El 27 de enero de 1905, se funda el Grupo Espirita Esperanza y Caridad.
EL COLEGIO ALLAN KARDEC
Una vez que abandonó el antiguo predio del Liceo Sacramentano y sin colaboradores, el joven Eurípides estaba abatido pero continuaba firme en las tareas espiritas. Los alumnos, por su parte, no se conformaban con la idea de perder al profesor y amigo. Numerosos padres lo buscaban y le pedían que continuase con su obra educativa. Eran muchos los que lo estimaban como buen profesor y ciudadano.
La familia alquila un salón en el antiguo Colegio de la profesora Ana Borges, cerrado desde 1885 y, reinician las actividades docentes con un mobiliario improvisado. En la fachada se leía un rótulo con el nombre Liceo Sacramentano. El currículo era el mismo, pero, sin los colegas de magisterio, Barsanulfo se desdobla para cubrir las clases del programa.
Pero de manera sorprendente, añade la enseñanza de la Doctrina Espirita al currículo, provocando un enorme disgusto entre los padres católicos. La mayoría amenaza con retirar a los hijos del Liceo en caso de que el profesor mantuviese su decisión de dar lecciones de Espiritismo.
-Que retiren a los hijos, pero la finalidad salvadora del aprendizaje espirita será mantenida - sostuvo Barsanulfo.
Después de tan firme decisión, muchos alumnos vieron como sus padres cancelaron sus matrículas. Lo que ocurrió luego, lo transcribimos íntegro del libro "Eurípides - el Hombre y la Misión", de Corina Novelino: "Pero un día, él se entristeció profundamente. Pues, se hallaba casi abandonado, en el salón de clases vacio. Se puso a llorar, en el silencio de una fervorosa oración. Sintió una insinuante voluntad de escribir mientras todo su ser se bañaba en un magnetismo suave, muy suave, de radiante fluidez desconocida. (...) Un nombre de elevada condición las esferas superiores se le impuso en los canales intuitivos. Él reacciona. No puede ser, no merece recibir el beneplácito directo de la entidad anunciada.
Deja el papel, juzgándose víctima de un embuste. Pero, entonces, una fuerza superior le toma el brazo y mecánicamente, transmite un pequeño mensaje, más o menos en estos términos:
No cierre las puertas de la Escuela Retiro del aviso la denominación Liceo Sacramento - que es un resquicio del orgullo humano. En sustitución, coloque el nombre: Colegio Allan Kardec. Enseñe el Evangelio de mi Hijo los miércoles e instituya un curso de Astronomía. Cubriré al Colegio Allan Kardec con el manto de mi Amor.
Al final, firma el precioso documento:
María, Sierva del Señor.
Eurípides siguió al pie de la letra las instrucciones espirituales de María Santísima." ("Eurípides - el Hombre y la Misión" – Corina Novelino).
Es así como nace, en 1907, bajo la égida de María, el Colegio Allan Kardec, la primera escuela, con un currículo eminentemente espirita. Sin prejuicios, Barsanulfo enseñaba Espiritismo, como verdad esclarecedora que ilumina la razón y eleva el corazón. Comprendió que la Doctrina Espirita es obra de Jesús, parte integrante de su Evangelio, currículo de una nueva etapa evolutiva de toda la Humanidad del Planeta Tierra.
Antiguos alumnos del Liceo Sacramento, se inscriben en el colegio y más de dos centenares de nuevos alumnos hacen lo mismo. Ingresan nuevos profesores, como colaboradores de Barsanulfo. Los miércoles eran consagrados enteramente al estudio de "El Evangelio según el Espiritismo" y "El Libro de los Espíritus", de Allan Kardec. Asistían a las clases los alumnos del Colegio y numerosos visitantes.
Al final de la clase, en el momento de la oración de cierre, en ocasiones, la voz de Eurípides cambiaba de tonalidad. El Espíritu Celina venia a traer palabras de estímulos de la Madre de Jesús. En otras ocasiones, comparecen Juana de Arco, Pablo de Tarso, Pedro, Felipe y otros discípulos de Cristo.
Barsanulfo incluye también en el currículo, el estudio de Astronomía, de acuerdo con el pedido de María, tomando como texto base el libro "Astronomía Popular", de Camilo Flammarion. Además se desarrollaban actividades artísticas, especialmente, teatro, promoviendo festivales, que permanecieron en la memoria de los alumnos y del público de la época.
Eran comunes los desdoblamientos del Profesor, y los alumnos pronto se familiarizaron con sus viajes". El Dr. Tomaz Novellino, quien fue uno de sus alumnos, lo describe así:
"Se desprende fácilmente, transportándose, en espíritu, a distancia. ¡Cuántas veces en las clases, él pendía la cabeza, caía en sueño y permanencia así por algunos minutos! Era por ocasión de la Primera Gran Guerra y, con horror, describe los combates de los que había sido testigo. Otras veces, se desprendía, visitando enfermos a distancia, presencia muchas veces sentida y notada por algunos de sus pacientes, que lo llamaban de lejos, en ciertas arremetidas insistentes e inoportunas."
Los alumnos permanecen en silencio, aguardando el retorno. Cuando regresaba, Barsanulfo narraba lo que había sucedido, refiriéndose, en la mayoría de los casos, a la asistencia que prestara a algún enfermo.
En el libro "La Vida Escribe", psicografiado por Chico Xavier, el espíritu Hilario Silva nos da a conocer el episodio más sublime de su vida: "Una noche, después de adormecer, Eurípides se desdobló espontáneamente y se sintió subiendo, subiendo, subiendo, notando una atmósfera cada vez más límpida y tenue. Se vio entonces en un paisaje lindo y mirando a su alrededor, observó que, a lo lejos, había alguien sentado, que parecía meditar. Se aproximó, y se dio cuenta de que era Jesús, y que estaba llorando. Le preguntó entonces por qué lo hacía, y el Señor le dijo que era por causa de aquellos que conocían el Evangelio, pero que no lo practicaban. Desde esa noche, y hasta el fin de su vida, nunca más dejó de trabajar con Jesús."
LA FARMACIA ESPÍRITA "ESPERANZA Y CARIDAD
Junto a la cariñosa asistencia del Dr. Bezerra de Menezes, que lo acompañó durante todo su trabajo aquí en la Tierra, inaugura la Farmacia Espirita "Esperanza y Caridad".
Barsanulfo, como ya dijimos, había iniciado hacia tiempo una pequeña farmacia homeopática, donde atendía gratuitamente a los enfermos, durante los trabajos asistenciales. Ahora, bajo la égida del Dr. Bezerra, el trabajo alcanzaba mayores proporciones. En esa época, Barsanulfo retomó a la casa de sus padres, e instaló en ella la Farmacia, en un pequeño local improvisado, al lado de su habitación, la cual daba acceso a la tienda comercial del padre, en cuyo mostrador se recogían los envases vacios que las personas depositaban allí diariamente.
Familiares, amigos y alumnos colaboraron en diversas labores, incluyendo embalaje, despacho y archivo. Doña Meca ayudó en las curaciones, y se afirma que "herida en la que Dona Meca ponía la mano, sanaba enseguida".
"La rutina de la labor diaria de Barsanulfo se destacó especialmente por una constante: el trabajo convergente para el desarrollo de diferentes labores importantes, relacionadas con la educación, los Servicios Asistenciales del Grupo Espirita, las tareas de la Farmacia y las obligaciones en la oficina del comercio de su Padre, de donde obtenía los recursos para sus gastos personales y, sobre todo, para los auxilios diarios y anónimos a personas necesitadas, solicitantes o no. Mas, su día comenzaba aún de madrugada, cuando efectúa el recetario de afuera, cuya manipulación debería darse por la mañana. (...)"
El Espíritu Bezerra de Menezes fue el compañero delicadísimo, el colaborador de su noble misión, granjeándose una hoja de servicios en la Mies de Jesús, cuyo valor dimensional no podemos aquilatar.
El dulce y querido "Médico de los Pobres" se manifiesta a Eurípides por diferentes mecanismos de acuerdo a las circunstancias, en el transcurso del bendito programa de asistencia a los que sufren. (...)
Como intérprete fiel de Bezerra, Eurípides actuaba también como cirujano y partero, efectuando centenares de intervenciones con pleno éxito. Ningún caso se perdió, por más grave que pareciese."
"Entre los recursos caseros, se destacaba la tintura de hoja de naranjo, muy común en la farmacia, diversas texturas, extraídas de raíces medicinales, eran consumidas en la manipulación de las fórmulas. El trabajo de selección de esas raíces, en los campos de la ciudad, Eurípides sólo lo confiaba a dos eméritos conocedores del asunto: los señores Miguel Bento y Martin Terra, que, durante muchos años desempeñaron con devoción la tarea anónima de amor. En la Farmacia, jamás faltaba el jarope de azúcar, previamente refinado y preparado por las cariñosas manos de Doña "Meca".
En la habitación de Eurípides, (...) se instalaba el médium y su equipo de servicio. Eurípides, sentado en su amplio escritorio, era el intérprete del Espíritu Dr. Adolfo Bezerra de Menezes en el recetario. Alrededor, Zenón Borges, Alfredo Fernández y otros cumplen la delicada tarea de transcripción de las recetas, que eran recibidas en las propias cartas para los rótulos de la Farmacia, mientras otros alumnos los pegaban en los frascos y los enviaban al laboratorio, donde las dedicadas Sinhasinha y Edirith -y a veces Edalides- se encargaban de la manipulación escrupulosa de las fórmulas mediúmnicas." ("Eurípides- el Hombre y la Misión", Corina Novelino).
LA DESENCARNACIÓN
El propio Barsanulfo prevé su próxima desencarnación, durante la epidemia de la llamada "gripe española", que se expandió por varias localidades. En medio de la atención a los enfermos, el día 24 de octubre de 1918, jueves, Barsanulfo cae en estado febril, pero aun así continúa junto a los enfermos, incluso algunos de ellos miembros de su familia. Sólo busca el lecho por insistencia de "Meca" y Doña Amalia. A finales de octubre, anuncia su desencarnación para las seis horas de la mañana del primero de noviembre. Eurípides Barsanulfo desencarnó a las 05:30 horas de aquella mañana. Llovía suavemente ese día. El entierro ocurrió a las diecisiete horas del mismo día, 1 de noviembre de 1918, un viernes.
"Eurípides Barsanulfo no se hacía esperar, donde su presencia era necesaria -sublime personificación de la Caridad en su forma perfecta... olvidado de sí mismo, él aconsejaba, reconfortaba, animaba, iba a llevar al enfermo desvalido, además de la receta, del remedio, del consuelo moral, el óbolo material arrancado a sus propios recursos, producto de sus labores. Fue así que la enfermedad, de manera furtiva, invadió su propio organismo”. ("Periódico del Triángulo" - Uberaba– 17 de noviembre de 1918).
ALGUNOS CASOS MEDIÚMNICOS AUTÉNTICOS DE EURIPIDES BARSANULFO
Los siguientes casos han sido extraídos del libro "Eurípides Barsanulfo: el Apóstol de la Caridad", de Jorge Rizzini, Ediciones Fraterno, de los treinta y cinco descritos allí y, conforme el autor, rigurosamente auténticos, pues le fueron narrados por testigos oculares y por las propias personas relacionadas con ellos. Es importante resaltar, como se dice en el libro, que cuando el Espíritu Eurípides Barsanulfo dejaba el cuerpo físico, en el fenómeno del desdoblamiento, era capaz de realizar, él solo, curaciones, operaciones y partos. La explicación es que Eurípides Barsanulfo, en una de sus últimas encamaciones, había sido médico en Francia. Cuando no ocurría el desdoblamiento, las curaciones dependían del Dr. Bezerra de Menezes, uno de sus guías espirituales. Un dato importante: "Era común ver a Eurípides Barsanulfo entrar en trance sonambúlico, en el patio del Colegio o en pleno salón de clases Entonces, los párpados se le cerraban, el rostro permanencia pálido, el sudor corría y ¡su espíritu se liberaba!. Los alumnos, ya acostumbrados al fenómeno permanecen en silencio, a la espera de que el profesor abriese los ojos y narrar lo que había visto o lo que había ido a hacer en espíritu por la ciudad: una curación, un parto o... verificar por qué determinado alumno travieso había huido del colegio."
Parto mediúmnico y bilocación. En cierta ocasión, dijo Eurípides Barsanulfo, sonriendo, después del trance, durante una clase:
-Presten atención. Acabo de estar en una residencia, detrás de la iglesia del Rosario, aquí en Sacramento, haciendo un parto difícil. El marido no sabe que ya es padre y está de camino hacia aquí. Viene a caballo y con la ropa de montar. En este momento, él está apeándose frente al colegio. Ahora va a subir los peldaños de la escalera. Cuando entre en la sala los señores deben permanecer de pie y después sentarse. Atención... El va a entrar...
Y el hombre con sombrero y ropa de montar entra muy afligido pidiendo a Eurípides Barsanulfo que fuese, urgentemente, a ayudar en el parto, pues la mujer la estaba pasando mal.
-Cálmese, respondió el médium, sonriendo. Ya tuvo lugar el parto hace cinco minutos...
-No es posible Señor Eurípides. Hace cinco minutos yo lo habría visto a usted por el camino.
-Usted no me vio porque fui en espíritu. Pero, yo, si lo vi a usted. Puede regresar a su casa. La niña que nació es bonita y está fuerte.
Pero, el hombre dudó y, temiendo por la vida de la mujer, llevó a Eurípides Barsanulfo... La parturienta, con la niña acostada al lado, al ver al médium, exclamo:
-Usted no necesitaba venir de nuevo, señor Eurípides... ¡EI bebé yo estamos muy bien de salud!
Entonces, Eurípides Barsanulfo, regresó rápido al colegio, para continuar la clase interrumpida."
Casos similares eran comunes en la vida de este Apóstol. El fenómeno que acabamos de relatar es sencillo, pero sólo en la apariencia. Si no, veamos. ¿Cómo puede un espíritu, o sea, el cuerpo espiritual de Eurípides Barsanulfo volverse tangible, al punto de creer la parturienta que se trataba del cuerpo físico?
Enseña Allan Kardec en el “Libro de los médiums” capítulo VI que por su naturaleza y en estado normal el Periespíritu es para nosotros invisible, pero puede sufrir modificaciones que lo tornen perceptible, o por una especie de "condensación", o por un cambio en la disposición molecular. Es entonces cuando nos aparece bajo una forma vaporosa. La palabra condensación -mas, por falta de otra expresión, no debe ser tomada al pie de la letra- la condensación, como decíamos, puede ser tal que el Periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; este puede, no obstante, instantáneamente retomar su estado etéreo e invisible."
No obstante, para que el Periespíritu adquiera las propiedades de un cuerpo sólido, aún son necesarios los fluidos de un médium. He aquí lo que el Codificador nos dice:
"El Espíritu nos aparece cuando dio a su Periespíritu la condición necesaria para volverse visible. Pero, la simple voluntad (del Espíritu) no basta para producir este efecto, porque la modificación del Periespíritu se verifica mediante su combinación con el fluido especifico del médium"
¿Cómo obtenía Eurípides Barsanulfo esos "fluidos específicos del médium" (fluidos animalizados? Necesitaría su espíritu de un médium como por ejemplo de los desencarnados? Sí, pero es evidente que los fluidos indispensables para hacerse tangible, debido al fenómeno de bicorporeidad o bilocación (como es su caso) él mismo los producía, puesto que Eurípides Barsanulfo era de hecho, médium de efectos físicos.
Un examen para Eurípides Barsanulfo
Carlos Teodoro da Cunha, propietario de la Hacienda del Rio de las Viejas, vino a Sacramento con la intención de ridiculizar a Eurípides Barsanulfo. Fue, pues, a la farmacia "Esperanza y Caridad" y, ocultando una sonrisa, pidió al médium que, deprisa, le diese un remedio para Cristina, su esposa, que la estaba pasando muy mal...
Eurípides Barsanulfo prepara el remedio; pero, antes de ponerlo en las manos del hábil hacendado, le recomendó:
-Preste atención. Si usted no le diere este remedio, pronto, ella morirá. Cabalgue rápido, vaya enseguida, porque Doña Cristina, su esposa, está ante la muerte! Carlos Teodoro da Cunha guardó el remedio, en el bolsillo, y salió de la Farmacia, pensando: "Pero, qué farsante! Dejé a Cristina con perfecta salud. Pero... ¿Y si fuera verdad lo que dice? Mejor voy averiguar.
Y cabalgó rumbo a la hacienda. Cuando se apeó del animal, enseguida vinieron a informarle que su esposa estaba en cama, extremadamente pálida, y la respiración casi imperceptible.
-Dios mío! Entonces, es verdad!-exclamó el hacendado
E, inmediatamente comenzó a dar a la esposa el remedio preparado por Eurípides Barsanulfo. Esa misma noche, Cristina, comenzó a recuperar la salud. Y Carlos Teodoro da Cunha, casi un beato, se convirtió al Espiritismo."
El celador que quería ver para creer
Abramos un paréntesis, para llamar la atención del lector sobre el siguiente hecho. El cuerpo espiritual de Eurípides Barsanulfo, cuando se liberaba del cuerpo somático, aunque actuando sobre la materia, no siempre se tornaba tangible. Vamos a presentar nuevos ejemplos que no deben, (nos apresuramos a repetir), ser interpretados como clarividencia. Son casos de "desdoblamiento". Además, Eurípides mismo así los consideraba.
"Jerónimo Cándido Gomide, ya con veintiún años de edad, tenia un físico robusto, era enfermero de los obsesos internados y celador del colegio Allan Kardec. En cierta mañana, vio al profesor Eurípides Barsanulfo sentado en una silla debajo de la terraza de la enredadera florida del colegio y, creyéndole dormido, pasó, silencioso...
-¿A dónde va usted, caminando como un gato? -dijo el médium
-Estoy caminando así para no despertarlo.
-Señor Jerónimo, segundos atrás estuve en espíritu en la casa de Doña Mariquita, en el Zagaia, la hija de ella que tenia difteria murió, no hace un minuto. Doña Mariquita está insultándome y blasfemando contra Dios y Jesús.
Jerónimo asintió con la cabeza, pero... no le creyó. ¡Si ayer la niña estaba tan alegre! Y, fingiendo barrer el patio, se escabulló, y saliendo a la calle corrió en dirección al Zagaia y encontró, realmente, a la niña muerta en la cama y a Doña Mariquita dando gritos, blasfemando. Y regresó al colegio; Eurípides Barsanulfo continuaba sentado en la silla...
-Venga acá, Señor Jerónimo. ¿Es cómo yo le dije o no?
-¡Si, es así mismo, Señor! ¿Pero, cómo sabe usted que yo fui a verificar?
Lo acompañe en espíritu. ¡No se pudo impedir la desencarnación! La niña tenía que abandonar la tierra, pero la madre no comprende nada de las cosas de Dios y blasfema. En cuanto a usted, Señor Jerónimo, es un Tomás: sólo cree viendo..."
El caso de Ana García de Castro
"La familia de Ana García de Castro reside en la Hacienda Ribalta, de propiedad de Alfredo Vilela de Andrade, en la Estación Delta, próxima a Igarapava, Minas Gerais, Brasil.
Ana, tenía diecisiete años de edad, cuando le sobrevino una fuerte gripe y, a consecuencia de ello sufrió de una infección pulmonar: tosía, tenía fiebre alta, enflaqueció en demasía. Su padre, Francisco García, maestro de obras en la hacienda, buscó en Igarapava al Dr. Pondé, pero el médico, considerando que la Estación Delta se hallaba muy lejos, le pidió que trajera a Ana al consultorio, lo cual era imposible debido a su debilidad física y al hecho de que el viaje debía ser a caballo. Entonces, para librarse del caso, el Dr. Pondé le recetó algunos comprimidos... Y Ana empeoraba día tras día. Fue cuando, el dueño de la hacienda, Alfredo Vilela de Andrade, aconsejó a Francisco García que buscase a Eurípides Barsanulfo -y le dio, enseguida, una carta de presentación, si bien innecesaria-.
Francisco García, siguió a caballo esa misma madrugada hacia Sacramento. Llegó por la mañana. Al mezclarse con el pueblo, frente a la farmacia "Esperanza y Caridad" oyó, con sorpresa, como Eurípides Barsanulfo decía en voz alta:
-Acaba de llegar de la Estación de Delta un hombre con una carta de mi amigo Alfredo Vilela. Ese hombre puede aproximarse. Francisco García se quedó muy sorprendido ¿Cómo había sabido el médium que Alfredo Vilela le envió una carta? Y que el portador desconocido había llegado en aquel instante? Irguió el brazo y se aproximó con el sobre en la mano.
-He aquí la carta. Vine porque mi hija está muy enferma.
-Dele este remedio. Le va hacer bien! -respondió Eurípides Barsanulfo, pero con una sonrisa...
Francisco García se lo agradeció, montó a caballo y regresó a la hacienda. Y tuvo otra sorpresa: su hija Ana, estaba sin fiebre, sin tos, sin dolor en los pulmones, y alimentándose!
Alfredo Vilela, que era espirita le explicó, entonces:
-Mientras usted fue, de madrugada, hacia Sacramento, Eurípides Barsanulfo, en espíritu, atendiendo a la oración que hice, ¡vino a la hacienda a ver a Ana! Y, materializado por algunos minutos, la curó. Ya ella no tiene necesidad de ingerir el remedio que Eurípides le dio, sonriendo...
Francisco García se convirtió al Espiritismo. El caso que acabamos de relatar nos fue transmitido en San Pablo por la propia Señora Ana García de Castro...
Casos como estos se cuentan por millares en la rica trayectoria de este Apóstol del Señor Jesús, que vivió para servir por amor a las gentes de la región y del país donde le tocó vivir…
Anuario Espírita 2011. (Wilson Frungilo Júnior)
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