Joanna de Ángelis (Psicología de la Gratitud)
” Todas las conquistas del conocimiento y de la experiencia de vida son el resultado del entrenamiento, de la ejercitación".
Cuando el self se encuentra en proceso de desenvolvimiento, las emociones aún se caracterizan por las herencias del instinto, que se van modificando lentamente, hasta alcanzar las nobles mesetas del amor y de la gratitud. No es de extrañar, que las conductas humanas, durante ese proceso, se presenten afectadas por el egotismo generador de la ingratitud.
El individuo se atribuye méritos que no posee, y todo aquello que recibe lo considera una consecuencia de su valor. La permanencia de la sombra obstaculiza su discernimiento y le impone situaciones embarazosas e incluso perversas. Ese tránsito de curso demorado, se va modificando a medida que se acumulan las experiencias edificantes, como resultado del entrenamiento, y produce lucidez para la comprensión de la felicidad, luego del descubrimiento del significado existencial.
Por lo tanto, el único sentido de ser humano propone, como foco primordial, la emoción del amor a la cual se accederá. En el océano del amor todo se confunde en plenitud, a continuación de la superación del ego y de los arquetipos perturbadores.
Existe la necesidad inmediata e impostergable, de reservarse espacio y tiempo para el entrenamiento del perdón, tanto como de las otras expresiones del amor, a fin de descubrir la alegría, que como resultado de alguna satisfacción, sea un efecto del acto de amar.
Para que se pueda alcanzar ese propósito, se vuelve urgente el deber de sumergirse en el self para el encuentro con la conciencia, al principio en un monólogo, y después en un diálogo edificante e iluminativo.
(…)
Al intentarse, aun con errores y aciertos, la ejercitación de la gratitud, llega el momento en que el ser se enriquece del júbilo de ser gentil y agradecido, no sólo por las palabras sino, principalmente, por las actitudes que hacen agradable la existencia y, de esa manera, ampliando el círculo del bien-estar alrededor suyo, modificando los paisajes emocionales desorganizados.
La gratitud posee esa maravillosa cualidad de convertir al mundo y a las personas, en más bellos y más queridos.”
(Joanna de Ângelis/Divaldo Franco – libro, Psicología de la Gratitud, p. 89 – editora LEAL)
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