La palabra Zooantropía proviene del latín (zoo= animal y antropos= hombre) y es el fenómeno en el que espíritus incorpóreos dedicados al mal se hacen visibles a los hombres en forma de animales, demostrando así su degradación, tanto moral como espiritual.
Este proceso de transformación también puede tener lugar a través de una metamorfosis periespíritu, procesada a través de una inducción hipnótica, en la que el desencarnado, inferior en su culpa, adopta una forma animal.
LICANTROPÍA
La licantropía tiene su origen en la palabra griega lykanthropía compuesta de Lykos: lobo y tropos: forma, que significa según el libro "Estudiando la mediumnidad" de Martins Peralva:
“el fenómeno por el cual los espíritus, pervertidos en el crimen, actúan sobre antiguos compañeros , encarnados o incorpóreos, haciéndoles asumir actitudes idénticas a las de ciertos animales”.
En el caso de la licantropía, el animal sería un lobo y la persona que sufre este proceso se llama Licántropo. La licantropía puede ser agresiva o deformante.
En el primer caso, la licantropía se expresa a través de la violencia, las alucinaciones y puede conducir a la delincuencia.
El segundo es un caso extremo donde la persona imita las costumbres, actitudes y posiciones de diversos animales.
André Luiz En el libro Liberación, por el André Luiz, en el capítulo 5 “Operaciones selectivas” narra la visita de André Luiz y Gúbio a un edificio donde se desarrollaban juicios en los que se “seleccionaban a los reos, para que las sentencias dictadas por la voluntad de cada "juez" sean debidamente aplicadas en justo lugar y tiempo”.
Uno de los juicios fue el de una mujer que, ante los jueces, confesó que mató a cuatro inocentes y tiernos niños y organizó el asesinato de su propio marido, para luego entregarse a “bebidas de placer”, pero nunca pudo escapar de su propia conciencia. El juez fijó entonces en ella la radiación que emanaba de su mirada temerosa, y dijo que la sentencia la había redactado ella misma y que ella no era más que un lobo. Al repetirse la afirmación por medio de la hipnosis, la mujer, profundamente influenciada, comenzó a cambiar su periespíritu (que como se sabe se caracteriza por su plasticidad), llegando al resultado final de la licantropía.
André Luiz observó, en ese despliegue de poder, el efecto del hipnotismo sobre el cuerpo periespíriual. Según explicaciones detalladas, ella no pasaría por esta humillación si no la mereciera. Sin embargo, la renovación mental depende única y exclusivamente de ella. Dios mantiene siempre abierto el camino redentor para sus hijos.
En el libro En los Dominios de la Mediumnidad, en el capítulo 23, Fascinación, por el espíritu de André Luiz, se presenta un caso de fascinación donde una dama es dominada por un obsesor con quien tenía una antigua conexión en otra vida donde ella lo condujo al mal. Como ella no correspondía a su amor, él comenzó a perseguirla. En el suceso presenciado por André Luiz, el obsesor hipnotiza a la mujer, que, influenciada, cae y se arrastra al suelo, como si fuera irracional, casi aullando como un lobo herido. Ante la situación, se transmitieron pases y palabras de consuelo para la recuperación de la víctima.
En el libro Diálogo con las Sombras de Hermínio de Miranda, se da el caso de un médium que se presentó incorporado por un Espíritu que no podía decir palabra alguna y que estaba completamente animalizado, sólo supo gruñir y quiso morder al Consejero. Mantuvo las manos cerradas como puños a semejanza de unas patas. El grupo habló con él tratando de convencerlo de su condición de ser humano y no de animal. Después de muchas oraciones y pases conmovedores, comenzó a calmarse. Al parecer había recuperado su forma humana, pues comenzó a “revisar” sus brazos, pies, manos, etc.
También en La Biblia, en Daniel 4:25-34, hay un caso de zoantropía, donde se narra la historia del rey de Babilonia, Nabucodonosor, quien después de su exaltación donde dijo que construyó Babilonia para hacerla su mansión real y para servir a la gloria de su majestad, escuchó una voz intima que le decía : “Esto es para ti, oh rey Nabucodonosor. Tu reino pasará de ti a otro poseedor, y te expulsarán de la compañía de los hombres y tu morada será con animales y fieras. Comerás heno como un buey, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene poder absoluto sobre los designios de los hombres, y que Él entrega el poder a quien quiere”. De esa forma, vivió como un animal durante siete años, al final del período, retomó su forma humana, su reino y juicio, y reconoció que el Altísimo domina sobre la realeza, glorificando a Dios y Su Justicia y reconociendo Su grandeza sobre todas las cosas y seres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por sus Comentarios: