Creación, traducción y compilación de datos por José Alonso

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24 abril 2025

VISITA DEL PAPA A BRASIL

 Divaldo Franco: o médium, o Papa e o Santo - LêAqui


La Visita del Papa Francisco a Brasil

Divaldo Franco habla sobre la visita del Papa Francisco a Brasil, refiriéndose a él como una de las figuras más importantes del siglo XXI y un verdadero apóstol, discípulo amado de San Francisco de Asís. 

Explica la elección del nombre "Francisco" por parte del Papa, mencionando la sugerencia de un cardenal de que recordara a San Francisco, y la decisión del Papa de adoptar simplemente "Francisco", sin numeración, por primera vez en la historia. Divaldo contrasta esta elección con la asociación histórica de los jesuitas con la Inquisición, destacando que el nombre es un homenaje a la humildad de San Francisco de Asís.

La Humildad de San Francisco Javier

Divaldo Franco describe a San Francisco Javier como un ejemplo de humildad, destacando su dedicación a la evangelización en Filipinas, India y Japón. 

Menciona su muerte durante un viaje para evangelizar China, al cruzar el Río Amarillo. Contrasta la humildad de San Francisco con la opulencia del Vaticano, señalando que el Papa, quien administra el destino de mil millones de católicos, rechazó una cruz y un anillo de oro, optando por uno de plata bañado en oro, rompiendo tradiciones vaticanas y mostrando su desprendimiento.

La Corte Vaticana: Una Lepra en el Papado

Divaldo Franco habla sobre el robo del antiguo banco ambrosiano, afirmando que la imposibilidad de que un cardenal, con su fortuna, sea mafioso lleva a su arresto. Destaca la osadía de alguien que llamó a la corte vaticana "lepra del papado".

La Iglesia como Madre: Un Mensaje de Aceptación

Divaldo Franco relata una conversación en la que le preguntaron sobre la postura de la iglesia hacia personas consideradas explotadoras, deshonestas, políticos corruptos, homosexuales, madres solteras y quienes se han casado varias veces. Respondió que la iglesia es como una madre, acogedora y abierta a todos, independientemente de sus elecciones. Aunque se opone al aborto, su objetivo principal es ofrecer afecto y apoyo a quienes la buscan.

Juicio y Condena por la Iglesia

Divaldo Franco critica la condena de la iglesia hacia madres solteras que piden bautizar a sus hijos, considerándolo similar a pedir un aborto. También menciona la condena de homosexuales y lesbianas. Franco afirma no juzgar ni condenar a nadie, contrastando su postura con la de la institución religiosa.

La Simplicidad de San Francisco

Divaldo Franco destaca la humildad del Papa Francisco, quien rechazó residir en la Cámara Papal tras dejar Buenos Aires, prefiriendo un hotel sencillo. También renunció a ropa y calzado lujosos, usando los mismos que llevaba en el metro de Buenos Aires. Contrasta esto con otros que vestían ropa de diseñador valorada en miles de dólares.

La Visita a Brasil y las Protestas

Divaldo Franco describe la visita del Papa a Brasil en un junio turbulento, con protestas masivas (100 mil personas) contra la deshonestidad del gobierno. A pesar de poseer vestiduras con joyas, el Papa viajó con una simple túnica blanca, enfatizando humildad en medio de la tensión política.

Anécdota sobre el Papa y la Multitud

Franco narra cómo el Papa se perdió entre una multitud durante una visita. La seguridad se alarmó, pero él, tranquilo, saludó desde una ventana, encantando a la gente. Al preguntarle si temía a la multitud, respondió: "Un pastor no teme a sus ovejas", citando la parábola del pastor que deja 99 ovejas por salvar una.

Acción del Papa Francisco

El Papa ordenó quitar los vidrios blindados del "Papa Móvil" para estar más cerca de la gente. Durante sus viajes, salía a abrazar a personas, incluso con parálisis cerebral, como en Brasil. También visitó una favela y sorprendió al entrar a una iglesia evangélica.

La Visita del Papa y la Fraternidad

El Papa, considerado el hombre más poderoso y rico del mundo, entró a una iglesia evangélica y pidió rezar un Padre Nuestro con el pastor. Tras la oración, la multitud lo siguió, reconociéndolo como el verdadero pastor.

El Discurso y la Riqueza de la Iglesia

Divaldo Franco contrasta la humildad espiritual con la riqueza material de la Iglesia, mencionando que posee un millón de inmuebles en Italia y que el Museo Vaticano supera al Louvre o al British Museum.

Las Obras de Arte en el Vaticano y la Frase de Jesús

Franco habla de las obras maestras del Vaticano, como la Capilla Sixtina, y cita a un hombre humilde que dijo: "No tengo plata ni oro", frase del evangelio según Lucas.

La Cura del Paralítico

Relata cómo Pedro y Juan curaron a un paralítico en nombre de Jesús, a pesar de no tener riquezas materiales.

La Importancia del Amor y la Transición Planetaria

Franco enfatiza que el amor de Jesús se manifiesta en gestos como un abrazo o una palabra consoladora. Predice que la violencia y el crimen desaparecerán, convirtiéndose en objetos de museo cuando el amor reine en la Tierra.

Mensaje de Esperanza y Paz

Expresa su fe en la regeneración del planeta y desea paz y esperanza a todos, confiando en la guía divina.

Reflexiones sobre el Error y la Nueva Era

Afirma que errar es humano, pero persistir en el error es inaceptable. La nueva era propone corrección y superación personal.

La Visión de Divaldo Franco sobre el Papa Francisco

Divaldo ve al Papa como un enviado de Dios, cuya bondad trasciende religiones. Lo considera uno de los mayores misioneros actuales.

Reacción a la Declaración de un Líder Político

Un líder político declaró que lo importante es ayudar a los necesitados, no la religión. Franco lo elogia, comparándolo con Pedro y Juan, quienes no tenían oro pero sí amor.

Milagros y Humildad de Pedro y del Papa

Relata cómo Pedro curaba con su sombra y destaca que el Papa, pese a su autoridad, pide oraciones, mostrando humildad.

La Fuerza de la Oración y la Ciencia

Franco menciona estudios científicos que demuestran que la oración y el bien elevan la vibración celular, mientras que el odio la daña.

Los Efectos de la Música en la Salud

La música, como la 5ª Sinfonía de Beethoven, puede armonizar células, mientras que canciones violentas generan toxicidad emocional.

Encuentro de Divaldo Franco y el Papa Francisco

El Papa sostuvo la mano de Franco por largo tiempo, ignorando a embajadores en espera. Se destaca la obra social de Franco en Salvador, atendiendo a miles de niños.

Legado y Visión Espírita de Divaldo Franco

Franco tuvo una visión del Papa junto a San Francisco, Clara y Juana de Arco, quien reveló que el Papa fue uno de los primeros 200 espíritos en reencarnar.

Simbolismo del Encuentro

El encuentro simboliza respeto mutuo y unidad espiritual.

La Convergencia de la Fe y la Caridad

La unión entre el Papa y Franco muestra que la verdadera grandeza está en servir con amor, trascendiendo dogmas.

29 marzo 2025

PRINCIPIOS ESPÍRITAS I

 Como ciencia, el Espiritismo se dirige a la razón; ¿pero cómo se dirige al corazón humano?

1 ° Como consolador en la prueba; 2 ° Haciéndole amar la vida, la naturaleza, el universo, como una obra solidaria y armoniosa, totalmente impregnada de amor, poesía, belleza.

 

 ¿Cómo consuela el Espiritismo al hombre en sus pruebas?

– Dándole a entender que el sufrimiento es una educación necesaria para su destino; que engrandece el alma, forma el juicio, templa el carácter, refina las sensaciones, e inspira el sentimiento noble de piedad, por el cual nos parecemos más a Dios.


Estos son los consuelos que todavía se dirigen a la razón; pero las verdaderas penas del corazón, tales como la pérdida de aquellos a los que queremos, de una madre, de un niño, de un amigo, etc., ¿no son absolutamente penas inconsolables?

− No hay penas inconsolables. Precisamente son las que el Espiritismo consuela mejor, ya que, gracias a su enseñanza y gracias a sus prácticas, sentimos alrededor nuestro la presencia de nuestros difuntos queridos. Su fluido nos envuelve; nos hablan, a veces se dejan ver y hasta fotografiar. La fe religiosa da solamente la esperanza: el Espiritismo da la certeza y hace tocar la realidad.


¿El Espiritismo niega pues a la muerte? 

− No, pero la libra de espantos y temores de los perjuicios que la rodean. El Espiritismo nos hace amar la vida y nos enseña a no temer a la muerte.


¿Cómo hace amar la vida el Espiritismo?

− Presentándola como una de las etapas necesarias de nuestro destino. Además, nos da a entender cómo la existencia humana, a pesar de su duración y sus apariencias efímeras, se relaciona con plano general de evolución, de amor y de belleza que constituye el universo.

(...) La suprema dicha consiste en el goce de todos los esplendores de la Creación, que ninguna lengua humana podría expresar y que ni la imaginación más desarrollada podría concebir. 


Consiste en el conocimiento y la penetración de todas las cosas, en la carencia de todas las penas físicas y morales, en una satisfacción íntima, en una serenidad de alma que nada turba, en el amor puro que une todos los seres, resultado de ningún roce ni contacto con los malos, y, sobre todo, en la visión de Dios y en la contemplación de sus misterios revelados a los más dignos. 


Consiste también en las funciones, cuyo encargo es una dicha. Los espíritus puros son los mesías mensajeros de Dios para la transmisión y la ejecución de sus voluntades. Llevan a cabo las grandes misiones, presidiendo a la formación de los mundos y a la armonía general del Universo, cometido glorioso al cual se llega con la perfección. Los espíritus de rango más elevado son los únicos iniciados en los secretos de Dios, inspirándose en su pensamiento, puesto que son sus representantes directos(...) 

(Cielo e Infierno. Allan Kardec).


 ¿Cómo se relaciona la vida humana con el plano general del universo?



− Como la parte se relaciona con el todo; así como el detalle se reduce del conjunto. El universo es el océano eterno de la vida; la existencia humana procede de allí en su principio y regresa allí a su fin.


 ¿No es justamente lo que se conoce por panteísmo?

− En forma alguna, porque el ser humano, es decir el espíritu encarnado o desencarnado, conserva su personalidad y su identidad en la vida universal, como ciertas corrientes que circulan en el océano sin mezclar sus aguas con él.


 ¿Si la vida humana no existiera, faltaría entonces alguna cosa en el universo?

− Ciertamente, porque el hombre resume en si mismo todas las vidas de los diversos reinos de la naturaleza: del mineral, del vegetal, del animal, y los completa por la conciencia y la libertad. La vida humana es el fenómeno consciente de la naturaleza.


¿La naturaleza es, pues, eterna?

La naturaleza es el efecto; solo la causa es eterna: es Dios.


 Entonces, ¿Dios es el autor de la naturaleza?

− Sí; por todas partes encontramos su fuerza, su inteligencia, su amor y el reflejo de su belleza.


¿La naturaleza es entonces el reflejo de Dios?

− Sí; la naturaleza es una transparencia bajo la cual se descubre a Dios; cada uno de los fenómenos de la naturaleza es el símbolo de un pensamiento divino.


 ¿Cómo es que tan pocos hombres ven la naturaleza de esa manera?

− Porque el mayor número de hombres mira estas cosas con un ojo cansado por la costumbre o falseado por la pasión. El hombre que guardó la juventud del corazón y la pureza de la mirada ve la naturaleza y la vida en la verdadera luz. Es en este sentido que Jesús dijo: «felices los corazones puros, porque verán a Dios» y también: «si su mirada es simple, todo su cuerpo será iluminado.»



¿Pero esta forma de comprender la naturaleza no es exclusivamente mística puesto que la ciencia moderna ve allí sólo un fenómeno puramente material?

− Precisamente es el error de la ciencia contemporánea ver en la naturaleza sólo el fenómeno material; y es también su castigo no poder, a causa de ello, abarcar la ley de la naturaleza ni la vida profunda de los seres que encierra. El espírita, como su nombre indica, busca siempre en todas partes "el espíritu " de las cosas; y es el espíritu que le responde y le instruye.


¿Así, el espírita está en comunión más íntima con la naturaleza?

− Ciertamente; esa es la comunión verdadera y universal. En medio de la naturaleza, el espírita nunca está solo. El mundo de los espíritus le rodea, una protección invisible le envuelve; por todas partes descubre un misterio y oye voces. Siente que un amor inmenso queda en el fondo de toda vida; que cada ser repite un canto del gran poema y aporta su nota particular al concierto universal.



Dijo antes que el Espiritismo tenía también una estética especial, ¿se entiende como una concepción de la Belleza?

− Es la única estética, la única que es adecuada a la razón universal: la estética espiritualista.


 ¿Qué es la estética?

− Es la ciencia de las leyes de la belleza.


¿Qué es la belleza?

− Es aquello que gusta al espíritu y encanta los ojos.


¿Por qué lo que es bello es aquello que gusta al espíritu y a los ojos?

− Porque lo bello está conforme con la naturaleza, como la naturaleza, a su vuelta, está conforme con la idea divina, que es el modelo eterno.

¿La naturaleza es pues la expresión de la belleza?

− Sí, la naturaleza es el primer hecho estético que se impone a nuestro pensamiento y a nuestras miradas. Es la regla impecable, el modelo de donde las artes sacarán siempre la medida de su inspiración.


¿Cómo expresa el hombre la belleza de la naturaleza?

− Por las artes.

 ¿Qué son las artes?

− Las artes son la expresión material de los tres elementos que constituyen la belleza, es decir la idea, la forma y la vida.


 ¿Dónde saca el artista la idea o mejor el ideal de sus obras?

 − En la contemplación interior de una belleza increada, divisada como un espejismo de la belleza eterna, que es Dios visto en sus obras. Es esta visión interna que llamamos concepción del genio e inspiración.


¿El artista no debe simplemente imitar entonces a la naturaleza?

− Si, pero no debe ser el copista servil, como lo pretende la escuela denominada realista. Debe tomarle solamente las formas sensibles, los signos materiales necesarios para dar cuerpo al ideal que está en él. Cuanto más un artista se acerca al ideal, más expresa la realidad; lo mismo que cuanto más nos acercamos a un alma, mejor poseemos y conocemos al hombre entero.




¿Cuál diferencia hay entre las Artes, las Ciencias y la Industria?

− Son esas, tres formas de la actividad humana que tienen cada una su objeto particular, pero que se solidarizan por la unidad del plazo que deben alcanzar. La industria tiene como objeto la utilidad bajo todas sus formas: oficios, invenciones, descubrimientos, etc.; la ciencia tiene como objeto las leyes que rigen la esencia de las cosas y de los seres, es decir la verdad; las artes tienen como objeto la belleza, que es el esplendor de la verdad, es decir el brillo del Ser en el universo.


¿La Verdad y la Belleza no deben unirse para constituir el Bien?

− Evidentemente, la verdad, la belleza y el bien son una sola y única cosa; son tres facetas de un solo y único diamante: la verdad, que es la ciencia, la belleza, que es el arte, deben resumirse en el bien, que es el amor. «Toda ciencia, dijo un pensador, que no nos lleva al amor es una ciencia estéril que se traiciona a si misma.»


(...)En efecto, el Espiritismo nos demuestra el porvenir bajo un nuevo aspecto más a nuestro alcance. Según él, la dicha está más cerca de nosotros, está a nuestro lado, en los Espíritus que nos rodean y que nunca han cesado de relacionarse con nosotros. 


La moral de los elegidos y de los condenados no está aislada; existe incesante solidaridad entre el cielo y la tierra, entre todos los mundos de todos los universos; la dicha consiste en el mutuo amor de todas las criaturas llegadas a la perfección y en la constante actividad cuyo objeto es el de instruir y conducir hacia aquella misma perfección a los que están atrasados. 


El infierno está en el corazón del mismo culpable que haya castigo en sus propios remordimientos, pero no es eterno, y el perverso, entrando en el camino del arrepentimiento, encuentra la esperanza, sublime consuelo de los desgraciados.


 ¡Qué inagotables manantiales de inspiración para el arte! ¡Que obras maestras de todo género no podrán originar las nuevas ideas, reproduciendo las escenas tan múltiples de la vida espiritista! En vez de representar despojos fríos e inanimados, se ve a la madre teniendo a su lado a la hija querida en su forma radiante y etérea; la víctima perdonando a su verdugo; el criminal huyendo en vano del espectáculo sin cesar renaciente de sus culpables acciones; el aislamiento del egoísta y del orgulloso en medio de la multitud: la turbación del Espíritu que nace a la vida espiritual, etc., etc. 


Y si el artista quiere levantarse por encima de la esfera terrestre hasta los mundos superiores, verdaderos edenes en que los Espíritus adelantados gozan de la felicidad adquirida, o reproducir algunas escenas de los mundos inferiores, verdaderos infiernos en que reinan como soberanas las pasiones, ¡que conmovedoras escenas, que cuadros palpitantes de interés no reproducirá! 


Si, el Espiritismo abre al arte un campo nuevo, inmenso e inexplorado aún, y cuando el artista reproduzca con convicción el mundo espiritista, tomar en semejante origen las más sublimes inspiraciones, y su nombre vivirá en los futuros siglos, porque a las preocupaciones materiales y efímeras de la vida presente, sustituirá el estudio de la vida futura y eterna del alma (...) (Obras Póstumas. Kardec.)



Entonces, ¿todo debe resumirse en el amor?

− Sí, el amor es el principio y el fin de las cosas; todo procede de él; todo debe regresar a él. Es la ley de progreso para los pueblos; es la condición del adelanto para el individuo. Toda la ley del destino se encuentra en esta palabra.


¿Cómo es el amor ley del progreso para los pueblos?

− Lo mismo que Dios hizo los granos de arena para vivir unidos en la misma orilla, los granos de trigo para abrazarse sobre la misma espiga y los granos de uva sobre el mismo racimo, así hizo a los hombres para vivir unidos en la familia, luego en la ciudad, en el país, y finalmente en la humanidad. Es la condición esencial de la civilización.


(...) La ley grabada en la conciencia se enseña a todos. Dios ha hecho de la dicha el precio del trabajo y no del favor, a fin de que indudablemente tuviesen los hombres el mérito de ella. Cada uno es libre de trabajar o de no hacer nada para su adelanto. El que trabaja mucho y pronto, antes es recompensado, mientras que el que se extravía en la ruta o pierde su tiempo, retarda su llegada, y no puede culpar a nadie sino a sí mismo. El bien y el mal son voluntarios y facultativos. Siendo libre el hombre, no es impulsado fatalmente ni hacia el uno ni hacia el otro. (Cielo e Infierno. Allan Kardec).


¿Entra pues en el plano del amor, es decir en plano de Dios, que todos los hombres sean hermanos y que todos los pueblos se unan un día en la fraternidad universal?

− Sí, es la ley del amor devolver todo a la unidad, es decir a la imagen y semejanza de Dios, que es uno.


¿Esta noción del amor humanitario no destruye la noción del patriotismo?

− De ninguna manera, pero la explica y la modifica según la misma ley de la naturaleza y de los progresos de la historia.

¿Cómo hace eso?

− La ley de la naturaleza y la de la historia piden que el círculo del amor progresivamente se extienda en el curso de los siglos. La humanidad, en cada una de sus etapas, el hombre, en cada una de sus existencias, se afinan y se dilatan más. Es para amar cada vez más que los hombres y los pueblos están sometidos a la ley ineluctable de las reencarnaciones aquí abajo y en otros mundos del espacio. La vida individual y la vida colectiva evolucionan por ciclos: el primero, es la familia; el segundo, la ciudad; la tercera, la patria; la cuarta, la humanidad; el último, el universo.


(...)El principio siempre es el mismo: para los Espíritus elevados la patria es el universo. 


En la Tierra, es el lugar donde se encuentra la mayor cantidad de personas con las que simpatizan.” La situación de los Espíritus y su modo de ver las cosas varían hasta lo infinito en virtud de su grado de desarrollo moral e intelectual. 


Por lo general, los Espíritus de un orden elevado sólo permanecen en la Tierra por poco tiempo. Todo lo que se hace en este mundo es tan mezquino en comparación con las grandezas de lo infinito; las cosas a las cuales los hombres otorgan más importancia son tan pueriles para los Espíritus, que estos encuentran aquí pocas razones para sentirse atraídos, a menos que se los haya convocado para cooperar en el progreso de la humanidad. 


Los Espíritus de un orden intermedio vienen a la Tierra con mayor frecuencia, aunque consideran las cosas desde un punto de vista más elevado que cuando estaban vivos. 


Los Espíritus vulgares, en cierto modo, están asentados aquí, y constituyen el conjunto de la población circundante del mundo invisible. Han conservado con escasas variantes las mismas ideas, los mismos gustos y las mismas inclinaciones que cuando tenían la envoltura corporal. Se entrometen en nuestras reuniones, en nuestros asuntos y entretenimientos, en los que toman parte más o menos activa, según su carácter. Como no pueden satisfacer sus pasiones, gozan junto con los que se entregan a ellas, y los incitan a hacerlo. No obstante, entre esos Espíritus los hay más serios, que ven y observan para instruirse y perfeccionarse (...) 

(Libro de los Espíritus. Kardec. #317).



¿A qué ciclo de la historia humana hemos llegado actualmente?

− Al ciclo de transición entre al amor a la patria y al del género humano.


¿Así, el patriotismo está llamado a desaparecer?

− En su noción exclusiva y celosa, sí; en su noción histórica e íntima, ¡no!


¿Qué entiende usted por esto?

− Hay un patriotismo estrecho y feroz que es el egoísmo de los pueblos, ése debe perecer. El que un hombre viva a este lado de la frontera, y otro más allá, no resulta que deban odiarse, pelearse y matarse. Pero hay un patriotismo que cada hombre lleva en su corazón, que está hecho de emociones íntimas, alegrías y dolores comunes, memorias sagradas; ése jamás perecerá; forma parte integrante de la conciencia humana. 


No obstante, esta noción íntima se dilata y se engrandece con el progreso de la vida, la supresión de las distancias que separan los pueblos, el carácter internacional de las relaciones que las reúnen. Un día, este patriotismo será absorbido por la humanidad entera; la verdadera patria estará por todas partes dónde el hombre puede nacer, amar y morir. La difusión del Espiritismo ayudará a esta transformación.


¿Y después del amor de la humanidad, será el amor universal?

− Sí. El pensamiento y el amor siguen la misma ley. Lo mismo que el progreso del pensamiento humano consiste en abrazar horizontes cada vez más vastos, y que el genio del hombre puede ser adecuado al universo, así el corazón humano también, debe dilatarse, ensancharse indefinidamente por los crecimientos del amor. Es por la ley que el hombre se acerca a Dios. Nos hicimos «a su imagen y a su semejanza» solo por la facultad que poseía nuestro espíritu de abrazar todo el universo en un solo y único arranque de amor.




¿No estamos todavía muy lejos de realizar este ideal de amor y de bondad universales?



− Colectivamente, sí; individualmente, ¡no! Existen actualmente sobre la Tierra almas que han llegado a tal grado de evolución que sus aspiraciones son más vastas y más grandes que el mundo donde viven. Sus sacrificios, por ejemplo, sus actos de amor son la fuerza más grande del género humano. Es con las almas sublimes que Dios prepara las grandes transformaciones morales del futuro.


¿Podemos esperar que un día la humanidad colectiva alcance este ideal de amor y de bondad, que es solamente reparto de algunas almas de élite?

− Sí, sea en este mundo, sea en otros. Es la ley de los mundos que ellos también deben ascender en la luz y en el amor al mismo tiempo que los espíritus encarnados en su superficie


¿Así los mundos habitados también evolucionan en el amor universal?

− Sí. Lo mismo que soles innumerables son llevados, con sus comitivas de planetas, hacia un centro irresistible que los atrae, así las almas y el mundo gravita alrededor del sol eterno, alrededor de la Inteligencia suprema: Dios. Esta ascensión, esta subida del universo hacia las cumbres constituye el progreso ilimitado en la luz, el movimiento, la actividad, la alegría serena. Es la vida eterna en la acepción plena de la palabra, que resume todo el destino de los seres, toda historia de los pueblos, toda evolución universal.


(...) El amor no tiene límites, llena el espacio, dando y recibiendo a sus divinos consuelos. “El mar se extiende en perspectiva infinita. Su último límite parece confundirse con el cielo, y el espíritu se deslumbra con el magnífico espectáculo de estas dos grandezas. Así es que el amor, más profundo que las olas, más infinito que el espacio, debe reuniros a todos, hombres y espíritus, en la misma comunión de caridad, y obrar la admirable fusión de lo que es finito y de lo que es eterno.”(...) 

(Cielo e infierno. Allan Kardec).


(...) El Espíritu que tiene el sentimiento de la armonía, es como el Espíritu que ha adquirido un caudal intelectual; ambos gozan de la propiedad inalienable que han amasado. 


El Espíritu inteligente que enseña la ciencia a los que la ignoran, goza la dicha de enseñar, porque sabe la felicidad que procura a los que instruye; lo mismo sucede con el que hace vibrar el éter a los acordes de la armonía que está en él, pues goza de la dicha de ver satisfechos a los que le escuchan. 


La armonía, la ciencia y la virtud son las tres grandes concepciones del Espíritu: la primera le arrebata, la segunda le ilumina y la tercera le eleva. Poseídas en toda su plenitud, se confunden y constituyen la pureza. 


¡Oh! Espíritus puros que tenéis la armonía, la ciencia y la virtud, ¡descended a nuestras tinieblas e iluminad nuestro camino! ¡Mostradnos la guía que habéis tomado con el fin de que sigamos vuestras huellas! (...) 

(Obras Póstumas. Allan Kardec.)



Bibliografía consultada

-        Denis, León. Síntesis doctrinaria y Espiritismo práctico.

-        Kardec, Allan. El libro de los Espíritus.

-        Kardec, Allan. El Cielo y el Infierno

-        Kardec, Allan. Obras Póstumas


Reflexiones

Reflexión 18/5/19

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