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01 julio 2022

IDEOPLASTIAS

 


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Como se expresa en la Genesis en el capítulo XIV:


Los fluidos espirituales, que constituyen uno de los estados del fluido cósmico universal, son, pues, la atmósfera de los seres espirituales; son el elemento de donde ellos extraen los materiales sobre los cuales operan; el medio en el que ocurren los fenómenos especiales, perceptibles por la vista y el oído del Espíritu, pero que escapan a los sentidos carnales impresionables sólo por la materia tangible; por último, son el vehículo del pensamiento, del mismo modo que el aire es el vehículo del sonido.

  

Los Espíritus actúan sobre los fluidos espirituales, pero no como los hombres manipulan los gases, sino con la ayuda del pensamiento y la voluntad. Para los Espíritus, el pensamiento y la voluntad son lo que la mano para el hombre. Mediante el pensamiento, ellos imprimen a esos fluidos tal o cual dirección, los aglomeran, los combinan o dispersan, y forman con ellos conjuntos que presentan una apariencia, una forma, un color determinados; modifican sus propiedades igual que un químico transforma las de los gases o las de otros cuerpos, al combinarlos según ciertas leyes.

 

Se trata del inmenso taller o laboratorio de la vida espiritual. En algunos casos, esas transformaciones son el resultado de una intención; la mayoría de las veces, son el producto de un pensamiento inconsciente. Basta con que un Espíritu piense en una cosa para que esta se produzca.

 

De ese modo, por ejemplo, un Espíritu se hace visible a un encarnado dotado de vista espiritual, con la apariencia que tenía cuando estaba vivo en la época en que este último lo conoció, aun cuando haya tenido, con posterioridad a esa época, muchas encarnaciones. 


Se presenta con la vestimenta, los rasgos externos, enfermedades, cicatrices, miembros amputados, etc., que lo caracterizaban entonces. Así, un decapitado se presentará sin cabeza. Esto no significa que haya conservado esa apariencia; por cierto que no, porque como Espíritu no es cojo, ni manco, ni tuerto, ni está decapitado; pero sucede que, como su pensamiento se traslada a la época en que era así, su periespíritu adopta instantáneamente esa apariencia, que de igual modo deja instantáneamente. Entonces, si una vez fue negro y otra blanco, se presentará como negro o como blanco, de conformidad con la encarnación que se corresponda con la evocación, y a la cual se trasladará su pensamiento.

 

 Por un efecto análogo, el pensamiento del Espíritu crea fluídicamente los objetos que él estaba habituado a utilizar. Un avaro manipulará oro, un militar mostrará sus armas y su uniforme, un fumador su pipa y tabaco, un labriego su arado y sus bueyes, una anciana su rueca. Esos objetos fluídicos son tan reales para el Espíritu, como lo eran en el estado material para el hombre vivo; no obstante, debido a que son creaciones del pensamiento, su existencia es tan efímera como este.

 

La acción de los Espíritus sobre los fluidos espirituales tiene consecuencias de importancia directa y fundamental para los encarnados. Dado que esos fluidos son el vehículo del pensamiento, y que el pensamiento puede modificar las propiedades de los fluidos, es evidente que estos deben encontrarse impregnados de las cualidades buenas o malas de los pensamientos que los hacen vibrar, y que se modifican por la pureza o impureza de los sentimientos. Los pensamientos malos corrompen los fluidos espirituales, como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable.

 

Así pues, los fluidos que envuelven a los Espíritus malos, o los que estos proyectan, son viciados, mientras que los que reciben la influencia de los Espíritus buenos son tan puros como corresponde al grado de perfección moral de estos.

 

No sería posible hacer una enumeración ni una clasificación de los fluidos buenos y los malos, así como tampoco especificar sus cualidades respectivas, dado que su diversidad es tan grande como la de los pensamientos.

 

 CREACIONES FLUÍDICAS E IDEOPLASTIA


 El fluido espiritual, uno de los estados asumidos por el fluido cósmico universal, provee a los Espíritus el elemento de donde ellos extraen los materiales sobre los que operan. Esa acción se efectúa usando el pensamiento y la voluntad. «Para los Espíritus, el pensamiento y la voluntad son como la mano para el hombre. Por el pensamiento, imprimen a aquellos fluidos tal o cual dirección, los aglomeran, combinan o dispersan, organizan con ellos conjuntos que presentan una apariencia, una forma, una ubicación determinadas; cambian sus propiedades, como un químico lo hace con los gases u otros cuerpos, cuando los combinan según ciertas leyes. Es el gran taller o laboratorio de la vida espiritual.» (02)

 

Es común la realización de esas modificaciones sin que haya un pensamiento consciente. Es el caso de los Espíritus que inmediatamente después de desligarse del envoltorio físico, son percibidos por los videntes con una vestimenta cualquiera, antes de que se hayan dado cuenta de su nueva realidad.

 

 La mayor parte de las trasformaciones, sin embargo, se produce bajo el imperio del deseo, de la manifestación de un propósito consciente. Basta con mentalizar una cosa y ésta se forma. Es por eso que un Espíritu puede asumir diferentes aspectos y presentar diversas apariencias, vestir trajes especiales, llevar los más variados objetos, exhibir defectos físicos, mutilaciones, etc. Son expresiones asumidas teniendo en vista una identificación, generalmente reviviendo situaciones de existencias pasadas. No obstante, así como adopta aspectos del pasado, tan pronto como su pensamiento lo sitúe en el presente o en otra existencia, se opera de inmediato una nueva transformación.

 

Está, por otro lado, el caso de los Espíritus que conservan la mutilación, las deformaciones o las llagas del cuerpo físico que ocupaban, en razón de un condicionamiento. Por ser incapaces, por sí mismos, de volver a asumir la forma normal y sana, son inducidos al cambio mediante un proceso de esclareciendo y, por el mismo principio de manejo de los fluidos espirituales, logran obtenerla.

 

Las sugestiones hipnóticas provocan, también, frecuentes transformaciones en el periespíritu, en el sentido de su humillación. Eso puede ser observado bajo dos aspectos: el primero a través de la autosugestión, motivada por un sentimiento de culpa o rebajamiento voluntario; el segundo por la acción de la mente de otro Espíritu sobre determinada entidad espiritual, explotando los deslices que lo hicieron particularmente vulnerable.

 

Allí encontramos la explicación para los fenómenos conocidos como zoantropía, donde los Espíritus asumen formas de animales, total o parcialmente, en lugar de licantropía que etimológicamente, significa «Estudio sobre el Hombre Lobo». (05)

 

Nos referimos ahora al caso de los Espíritus que, casi siempre con el propósito de amedrentar para alcanzar mejor sus objetivos, se presentan con aspectos monstruosos y atemorizantes, hasta con el de Satanás.

 

 A todas estas transformaciones operadas por la mente se les da el nombre de «Ideoplastia» (del griego «ideo» = idea + «plastos» = forma + «ia» = estudio, análisis), o sea estudio del modelado a través del pensamiento.»

  

Como describe Ernesto Bozzano en su libro Pensamiento y voluntad:

La palabra ideoplastia fue creada por el Dr. Durand de Gros en 1860, para designar las características principales de la sugestionabilidad.

 

Ernesto Bozzano

Más tarde, en 1864, el Dr. Ochorowicz lo utilizó para designar los efectos de sugestión y autosugestión, cuando permite la realización fisiológica de una idea, como en el caso de la estigmatización.

 

Finalmente, lo propuso el profesor Richet, durante sus experimentos con Miss Linda Gazzera y Eva C.. (1912-1914), cuyos testimonios veremos a continuación cuyas experiencias demostraron de manera clara e innegable la realidad de la materialización de los rostros humanos, que eran, a su vez, objetivados y plásticos. reproducciones de retratos y dibujos vistos por médiums.

 

Por supuesto, a partir de estos hechos, uno debe inferir lógicamente que la materia viva exteriorizada está moldeada por la idea .

 

Y ahí radica el significado exacto del término ideoplastia, aplicado a los fenómenos de materialización mediúmnica.

 

Y la sustancia viva, exteriorizada y amorfa, sobre la que se ejercen las ideas y fuerzas, inherentes al subconsciente del médium, fue designada por ectoplasma , por el mismo profesor Richet.

 

En homenaje a la verdad histórica, hay que señalar que las materializaciones ideoplásticas ya eran conocidas medio siglo antes y llamaron particularmente la atención de los investigadores.

 

En cuanto a la sustancia ectoplasmática, ya la conocían los alquimistas del siglo XVII, así como Emanuel Swedenborg.


Según nos enseña André Luiz, al abordar la ideoplastia, «El pensamiento puede materializarse, creando formas que muchas veces alcanzan una larga duración, de acuerdo con la persistencia de la onda en que se expresan.» (06)

 

Las materializaciones constituyen otro ejemplo de la acción modeladora realizada por los Espíritus, en las sesiones de efectos físicos, con la utilización de: elementos plásticos exteriorizados por los Médiums o por los otros participantes de esas reuniones; componentes fluídicos-plásticos de la Naturaleza.

 

 «Por un efecto análogo, el pensamiento del Espíritu crea fluídicamente los objetos que él está acostumbrado a usar». (03) Esto no se restringe a objetos de uso personal, como es el caso de una pipa, caja de tabaco, anteojos, un bastón, un cuchillo, un sombrero, etc., sino que se extiende a cosas como casas, edificios, jardines, muebles, vehículos, alimentos, instrumentos de cualquier tipo. Algunos tienen existencia tan efímera como la duración del pensamiento; pero otros persisten durante largo tiempo, como ya hemos dicho. En el plano de los Espíritus, sus creaciones fluídicas son tan reales que asumen, para ellos, el mismo aspecto que las cosas materiales para los encarnados.

 

 Otro asunto a considerar es que el pensamiento, al crear imágenes fluídicas, se refleja en el periespíritu del Espíritu al que pertenece, como en un espejo y allí adquiere cuerpo y, de alguna manera, se fotografía. (01)

  

Para la mejor comprensión de cómo sucede eso, Kardec nos explica: «(...) Tenga un hombre, por ejemplo, la idea de matar a otro: aunque el cuerpo material permanezca impasible, su cuerpo fluídico es puesto en acción por el pensamiento y reproduce todos los matices de este último; ejecuta fluídicamente el gesto, el acto que intentó practicar. El pensamiento crea la imagen de la victima y la escena entera es pintada, como en un cuadro, tal cual se desarrolla en su Espíritu (...).» (01)

 

Esto permite entender porqué todo y cualquier pensamiento se hace conocido: por evidenciarse en el cuerpo periespiritual, puede ser percibido por otro Espíritu, pero no por los ojos de la materia. Lo que realmente ve el observador es la intención. Su ejecución, sin embargo, va a depender de la persistencia de los propósitos, de circunstancias que la favorezcan. Modificadas éstas, también los planes podrán sufrir cambios, con la consecuente alteración de las imágenes reflejadas en el envoltorio fluídico.

  

Según el libro de los Médiums en su capítulo VIII:


¿Y habría en el mundo de los Espíritus una materia esencial que revistiera la forma de los objetos que vemos? En una palabra, ¿estos objetos tendrían su "doblez etérea" en el mundo invisible, así como los hombres están representados en él por los Espíritus? "Esto no se opera de este modo; el Espíritu tiene sobre los elementos materiales esparcidos por todas partes en el espacio y en vuestra atmósfera, una potencia que estáis lejos de adivinar. Puede a su gusto concentrar estos elementos y darles la forma aparente acomodada a sus proyectos." 

Observación. - Esta cuestión como hemos visto, era la traducción de nuestro pensamiento, esto es, de la idea que nos habíamos formado sobre la naturaleza de estos objetos. Si las respuestas fuesen como algunos lo pretenden, el reflejo del pensamiento, hubiéramos obtenido la confirmación de nuestra teoría, en lugar de una teoría contraria.

  

Los Espíritus realizan transformaciones sobre la materia etérea a su gusto y que de este modo, por ejemplo, pueden manifestar una caja de tabaco perteneciente al Espíritu en vida carnal. El Espíritu no la encontró hecha, sino que la hizo él mismo en el momento que la necesitaba, por un acto de su voluntad, y que pudo deshacerla; lo mismo debe ser en cuanto a los otros objetos, tales como vestidos, joyas, etc. "Esto es evidente."

 

 Esta caja de tabaco fue visible para esta señora, al punto de hacerla ilusión. ¿Hubiera podido el Espíritu hacerla también tangible para ella? "Lo hubiera podido."

 

¿Si hubiese llegado el caso, hubiera podido tomarla en sus manos, creyendo tener una verdadera caja de tabaco? "Sí."

  

¿Si la hubiera abierto, probablemente habría encontrando tabaco; si lo hubiese tomado le hubiera hecho estornudar? "Sí."

 

 ¿El Espíritu puede, pues, dar no sólo la forma, sino las propiedades especiales? "Si él lo quiere; y en virtud de este principio ha respondido afirmativamente a las preguntas precedentes. Tendréis pruebas de la poderosa acción que ejerce el Espíritu sobre la materia, lo que estáis lejos de comprender, como os he dicho ya."

  

Supongamos, pues, que hubiera querido hacer una sustancia venenosa, y si una persona la hubiese tomado, ¿se hubiera envenenado? "Lo hubiera podido, pero no lo hubiera hecho no se le hubiere permitido."

 

 ¿Podría haber hecho una sustancia saludable y propia para curar una enfermedad, y se ha presentado este caso? "Sí, muy a menudo."


 Rogamos, sin embargo, a los señores farmacéuticos que no conciban celos, ni crean que los Espíritus vengan a hacerles la competencia; estos casos son raros, excepcionales, y no dependen jamás de la voluntad; de otro modo se curaría a muy poco precio.



 Testimonios

Del libro del Dr. Geley La Ectoplasmía - La Clarividencia:

En todos los trabajos el francés Dr. Geley con el médium y con la colaboración del Prof. Charles Richet (premio nobel de medicina en 1913), utilizó escrupulosamente el método analítico, cronológico y sintético, organizó las sesiones de manera similar a las realizadas con la médium Eva y se aseguró de descartar cualquier error o fraude.

 

Dr. Geley

En este caso el sensitivo presentaba escasas manifestaciones sensoriales; no necesitaba ser hipnotizado para dar inicio al trance; lo conseguía espontáneamente, aunque nunca quedaba totalmente inconsciente; volvía en sí al aumentar la luz bruscamente y sentía un cansancio tan intenso, que lo obligaba a permanecer acostado e inmóvil, para recuperarse de su agotamiento; sufría palpitaciones, sed intensa, a veces vómitos de sangre y casi siempre insomnio, después de las experiencias.

 

En su caso, la sustancia se desprendía en forma de gas o vapor, con un olor a ozono al inicio del trance; luego, una neblina o vapor fosforescente flotaba en torno del médium, y cuando la materialización se completaba, se veían rostros y manos perfectamente formadas y frecuentemente luminosas, que desaparecían tan súbitamente como habían aparecido.

 

Estas manifestaciones pudieron ser apreciadas visual y táctilmente, no sólo por Geley y Richet, sino por Camile Flammarion, su esposa y la señora de Geley, quienes ocasionalmente concurrían a las sesiones, y con sorpresa percibieron el contacto de las manos cálidas y vivas, mientras los rozaban ligeramente. Durante estas experimentaciones se obtuvieron además, múltiples pruebas objetivas por el procedimiento de los moldeados de parafina.

 

Dr. Charles Richet

Entre 1921 y 1923 el Dr. Geley estudió las facultades del ingeniero polaco Stephan Ossowiecki, médium, clarividente y productor de efectos de telekinesia; mientras simultáneamente, trabajaba en sesiones con el médium Jean Guzik, también polaco, con quien pudo presenciar raros fenómenos de ectoplasma en formas de animales y sorprenderse con el contacto de la cola de un cachorro salido de los vestidos del médium o con otras formas de animales que exhalaban olor.

 

Todos estos fenómenos quedaron plasmados en centenares de moldes de parafina, sorprendentes por su perfección, examinadas por perplejos peritos, quienes no encontraron la explicación a la ausencia de las costuras necesarias para su elaboración. Esto dio lugar a la famosa “manifestación de los 34”, así llamada la participación de las más altas personalidades francesas y extranjeras de la ciencia, de la medicina, la literatura y la policía científica, en la comprobación de los fenómenos obtenidos con Jean Guzik, amparada en extremas e irreprochables condiciones de control. Geley no se satisfacía con poco y era muy exigente con su trabajo. Experimentó también con la fotografía y las apariciones.

  

Se interesó en la transmisión del fluido magnético, al que llamó momificador cuando observó la alteración o destrucción de algunos parásitos microscópicos por la acción fluídica; lo que lo llevó a concluir que la energía del médium era indirectamente microbicida, pues producía ese efecto gracias al refuerzo que provocaba en los tejidos. Estas conclusiones le permitieron relacionar el fenómeno con la metapsíquica curativa, luego ampliamente difundida en el Espiritismo experimental. Así mismo, se interesó en el estudio de la clarividencia y de las comunicaciones mediúmnicas cruzadas que habían comenzado a investigarse en la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Londres (SPR).

  

Esas consecuencias se resumen en algunas prescripciones: Trabajar, amar cada uno a su prójimo, auxiliarse mutuamente, rechazar todos los sentimientos bajos e inferiores tales como el egoísmo y sobre todo el odio y el espíritu de venganza. Evitar todo lo que a otro pueda perjudicar. No despreciar a nadie; no ver a los imbéciles, los inicuos y los criminales como seres inferiores; ser por consiguiente, profundamente indulgente con las faltas de los otros, y en la medida de lo posible, abstenerse de juzgar. En fin, extender nuestra piedad y nuestra ayuda hasta los animales, a los cuales les evitaremos el sufrimiento lo más posible, y a los que apenas en caso extremo, daremos muerte. Cuando los hombres comprendan la infinita evolución, sabrán conciliar los principios de la libertad individual y de la solidaridad social. Comprenderán que tienen el derecho del libre desenvolvimiento, pero que serán rigurosamente solidarios, en ese libre desenvolvimiento, no sólo con sus semejantes, sino con todo lo que piensa, con todo lo que vive, con todo lo que existe. Las quimeras de hoy serán las espléndidas realidades de mañana."


Según el libro Mecanismos de la Mediumnidad de Chico Xavier-Waldo Vieira inspirado por André Luiz



- Pensamiento del Creador

 Identificando el Fluido Elemental o Hálito Divino por base mantenedora de todas las asociaciones de forma en los innumerables dominios del Cosmos, (siendo uno de los corpúsculos base, en las organizaciones y oscilaciones de la materia), interpretaremos el Universo como un todo de fuerzas dinámicas, expresando el pensamiento del Creador.

  

Superponiéndose a la grandeza indivisible, encontraremos la materia mental que nos es propia, en constante agitación; plasmando las creaciones temporarias, de acuerdo a nuestras necesidades de progreso. En el macro y microcosmos, sondeamos las manifestaciones de la Eterna Sabiduría que moviliza incontables agentes para la estructuración de sistemas y formas, en variedades infinitas de grados y fases; y entre lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande surge la inteligencia humana, dotada igualmente de facultades para mentalizar y cocrear, utilizando, para eso, los recursos intrínsecos de la vida ambiente.

 

 En los fundamentos de la Creación, vibra el pensamiento inmensurable del Creador, y sobre ese plasma divino vibra el pensamiento mensurable de la criatura, para constituir un vasto océano de fuerza mental en que los poderes del Espíritu se manifiestan.

 

- Pensamiento de las criaturas

Del Principio Elemental, fluyendo incesantemente en el campo cósmico, auscultamos, de modo imperfecto, las energías profundas que producen electricidad y magnetismo, sin conseguir encuadrarlas en definiciones terrestres exactas, y de la materia mental de los seres creados, estudiamos el pensamiento o flujo energético del campo espiritual de cada uno de ellos; graduándose en los más diversos tipos de ondas, desde los rayos super-ultra-cortos, en que se expresan las legiones angélicas, a través de procesos todavía inaccesibles a nuestra observación, pasando por las oscilaciones cortas, medias y largas en que se exterioriza la mente humana, hasta las ondas fragmentarias de los animales, cuya vida, aún en germinación, solamente arroja de sí determinados pensamientos o rayos discontinuos.

 

 Los Espíritus perfectos, que conocemos sobre la designación de potencias angélicas de Amor Divino, operan en el micro y macrocosmos, en nombre de la Sabiduría Divina, formando condiciones adecuadas y multiformas de expansión, sustentación y proyección de vida, en las variadas esferas de la Naturaleza, en camino de adquisiciones espirituales, que estamos muy lejos de percibir. La mente de los hombres, indirectamente controlada por el comando superior, interfiere en el acervo de recursos del Planeta, en particular, sugiriéndole los recursos en la dirección del plano angélico, y la mente embrionaria de los animales, influenciada por la dirección humana, se jerarquiza en servicio de las regiones inferiores de la Tierra, con rumbo a la conquista de la Humanidad.

  

- Corpúsculos mentales

 Como base viva de todas las realizaciones en los planos físico y extrafísicos, encontramos el pensamiento por agente esencial. Entretanto, él todavía es materia, una materia mental, en la cual las leyes de formación de las cargas magnéticas o de los sistemas atómicos prevalecen sobre un nuevo sentido, formando el maravilloso mar de energía sutil en que todos nos hallamos sumergidos y en el cual encontramos elementos que trascienden el sistema periódico de los elementos químicos conocidos en el mundo.

 

 Tenemos, aún aquí, las formaciones corpusculares, con bases en los sistemas atómicos en diferentes condiciones vibratorias, considerando los átomos, tanto en el plano físico, como en el plano mental, como asociaciones de cargas positivas y negativas. Esto nos lleva naturalmente a denominar los principios de núcleos, protones, neutrones, positrones, electrones y fotones mentales, en vista de la ausencia de terminología analítica para una estructuración más segura de nuestras anotaciones.

 

 Así resulta que, el halo vital o aura de cada criatura permanece formado de corrientes atómicas sutiles de los pensamientos que le son propios o habituales, dentro de normas que corresponden a la ley de la cuenta de energía, y a los principios de mecánica ondulatoria, que les imprimen frecuencia y colores peculiares. Esas fuerzas, en constante movimientos sincrónicos o estados de agitación por los impulsos de la voluntad, establecen para cada persona una onda mental propia. 


- Materia mental y materia física

En posición vulgar, acomodados a las impresiones comunes de la criatura humana normal, los átomos mentales internos, regularmente excitados, en la esfera de los pensamientos, producirán ondas mucho más largas o de simple sustentación de individualidades, correspondiendo a la manutención de calor.

 

Siendo los electrones mentales, en las órbitas de los átomos de la misma naturaleza la causa de la agitación en estados menos comunes de la mente, tal cual se encuentran los de atención o tensión pacífica, en virtud de la reflexión u oración natural; el campo de los pensamientos se expresa en ondas de comprensión del medio o de adquisición de experiencia, por parte del alma, correspondiendo la producción de luz interior. En esa excitación nacen los diminutos núcleos atómicos, en situaciones extraordinarias de la mente, semejantes a emociones profundas, dones indescriptibles, laboriosas y saturadas de concentraciones de fuerza mental, o las súplicas aflictivas, en el dominio de los pensamientos emitirán rayos mucho más cortos y de un inmenso poder transformador del campo espiritual, teóricamente semejantes a los de los rayos gama. Así consideramos, a la materia mental, empapada de diversos aspectos, obedeciendo a principios idénticos a aquellos que rigen las asociaciones atómicas, en la esfera física, demostrando la divina unidad del plano del Universo.

 

 - Inducción mental

 Recorriendo el campo de Einstein, imaginemos a la mente humana como una llama en actividad. Así como la intensidad de influencia de la llama disminuye como la distancia del núcleo de energías en combustión, demostrando una fricción cada vez menor, sin nunca llegar a cero, la corriente mental se explaya, según el mismo principio, pero en diferentes condiciones.

  

Esa corriente de partículas mentales se exteriorizan de cada espíritu, con cualidades de inducción mental; cuanto mayores sean las facultades de concentración o el tenor de la persistencia con rumbo a los objetivos que demande.

 

En el dominio de la energía eléctrica, una inducción significa el proceso a través del cual un cuerpo que posea propiedades electromagnéticas puede transmitirlas a otro cuerpo sin necesidad de contacto visible; en el reino de los poderes mentales la inducción se expresa de la misma forma, por lo cual, una corriente mental es susceptible de reproducir sus propias peculiaridades en otra corriente mental que se le sintonice. Tanto en la electricidad como en el mentalismo, el fenómeno obedece a la conjugación de ondas, mientras perdure la sustentación del flujo energético.

  

Comprendemos así, perfectamente, que la materia mental es el instrumento sutil de la voluntad, atenuando en las formaciones de la materia física, generando las motivaciones de placer o desgaste, alegría o dolor, optimismo o desesperación, que no se reducen efectivamente a las abstracciones, pero representan torbellinos de fuerza en los que el alma crea sus propios estados de mentalización inductiva, atrayendo para si misma los agentes (imponderables en la Tierra), de luz o de sombra, victoria o derrota, infortunio o felicidad.

  

- Formas y pensamientos

 

Emitiendo una idea, pasamos a reflejarla con las que se le asemejan, luego esa idea se hace corpórea, con la intensidad correspondiente a la sustentación que le damos, manteniéndonos así en comunicación espontánea con todos los que nos corresponden a nuestro modo de sentir. En esa proyección de fuerzas, se determina el intercambio con todas las mentes encarnadas o desencarnadas, que movilizan el espíritu en el mundo de las formas-pensamientos, construcciones substanciales en la esfera del alma, que nos liberan el paso o lo esclavizan, de acuerdo con nuestro aprendizaje del bien o del mal.

 

Esto sucede porque, a la manera del hombre que construye caminos para su propia expansión o que recoge espinas para sí mismo; en la mente de cada uno, por las corrientes de materia mental que exterioriza se eleva en grados de liberación con rumbo a los planos superiores o se estaciona en los planos inferiores, como quien traza un vasto laberinto debajo de sus propios pies.



BIBLIOGRAFÍA

 

1. KARDEC, Allan. Los Fluidos. In: ___. La Génesis.  Ítem 13. p.

2. ____. Ítem 14. p.

3. ____. Ítem 15. p.

4. PAULA, João Teixeira de. Ideoplastia. In: ____. Dicionário Enciclopédico

Ilustrado. 3 a . ed. São Paulo, 1976. p. 107.

5. FRANCO, Divaldo Pereira. Técnicas da Obsessão. Estudando o hipnotismo no

anfiteatro. In: ____. Nos Bastidores da Obsessão. Pelo Espírito Manoel Philomeno de

Miranda. 6 a . ed. Rio de Janeiro, FEB, 1992. p. 77.

6. XAVIER, Francisco Candido & VIEIRA, Waldo. Ideoplastia. Mecanismos da Mediunidade. Pelo Espírito André Luiz. Rio de Janeiro, FEB, 12 ed. 1991. p. 125.

7. BOZANNO, Ernesto. Pensamiento y voluntad. 

8. GELEY, Gustavo. La Ectoplasmía y  la clarividencia. 485 pp.



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