Pregunta 93 – El Espíritu propiamente dicho, ¿está descubierto o, como algunos pretenden, rodeado de alguna sustancia?
El Espíritu está envuelto en una sustancia vaporosa para ti, pero todavía muy densa para nosotros; aunque suficientemente vaporosa como para elevarse en la atmósfera y transportarse adonde quiera.
Comentario de Kardec: Así como el germen de un fruto está circundado por el perisperma, del mismo modo el Espíritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura que, por comparación, podemos denominar periespíritu.
Pregunta 94 – ¿De dónde saca el Espíritu su envoltura semimaterial?
Del fluido universal de cada planeta. Es por eso que no es la misma en todos los mundos. Al pasar de un mundo a otro el Espíritu cambia de envoltura, como vosotros cambiáis de vestimenta.
Pregunta 94-a – Así, cuando los Espíritus que habitan en mundos superiores vienen al nuestro, ¿toman un periespíritu más denso?
Es necesario que se revistan con vuestra materia; ya lo hemos dicho.
Pregunta 95 – La envoltura semimaterial del Espíritu, ¿presenta formas determinadas y puede ser perceptible?
Sí, una forma al arbitrio del Espíritu, y es así se os aparece algunas veces, ya sea en sueños o también en estado de vigilia, pudiendo tomar una forma visible e incluso palpable.
Además de la función de envoltura del Espíritu, el periespíritu presenta varias funciones y propiedades, que Kardec deja claro en el Libro de los Médiums cuando nos dice: “El periespíritu es como el conductor eléctrico que sirve para la recepción y la transmisión del pensamiento, desempeña un gran papel en la economía orgánica en los fenómenos fisiológicos y patológicos.
En el libro Obras Póstumas, encontramos que, “se puede decir que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu la transmite y el Espíritu, que es el ser sensible e inteligente, la recibe. Cuando el acto es de iniciativa del Espíritu, se puede decir que el Espíritu lo quiere, el periespíritu lo transmite y el cuerpo lo ejecuta”. (3), siendo de esta manera, se puede comprender las relaciones de los estímulos del mundo exterior a través del cuerpo sensorial, somático, hacia el Espíritu y los comandos del Espíritu para las acciones en el cuerpo, considerando que el intermediario de estas informaciones es el periespíritu.
Toda acción tiene su causa en el Espíritu que a través de su voluntad mueve y activa las acciones a través del cuerpo físico, y este, siendo el “burrito” como cariñosamente llamó Francisco de Asís a su cuerpo físico, es capaz de poner el Espíritu en prueba y también expiaciones.
FUNCIONES DEL PERIESPÍRITU
Función instrumental:
Como se desprende de su propio concepto, la función primordial del periespíritu es servir como instrumento al alma, en su interacción con los mundos espiritual y físico.
Vehículo para la transmisión de las impresiones fisiológicas, sensaciones y percepciones psicológicas.
Función individualizadora:
El periespíritu, cuerpo imperecedero del Alma, sirve a su individualización e identificación. El alma es única y diferenciada, y el periespíritu, como su perenne envoltura, la muestra, reflejándola, asegurando su identidad exclusiva. Sin embargo, no se trata de una identidad que se diga solo con características periféricas; se refiere, sí, a su propia historia, a sus características evolutivas particulares.
Función organizadora:
La función organizadora del periespíritu aparece especialmente notable en el proceso de reencarnación, en el que el ritmo morfogenético, relacionado con el modelado de sistemas biológicos: células, tejidos, órganos, conduce a la formación de un nuevo cuerpo físico estrictamente estructurado de acuerdo con las características que marcan el cuerpo espiritual, modelo por excelencia.
El periespíritu es también un cuerpo organizado que, representando el molde fundamental de la existencia del hombre, subsiste más allá del sepulcro, permaneciendo en la región que le es propia.
Modelo Organizador Biológico – MOB «Capaz de actuar sobre la materia orgánica y provocar el desarrollo biológico».
Función sustentadora:
El periespíritu, impregnándose de energía vital y trasladándola paulatinamente, al impulso del alma, para el vehículo físico, sosteniéndole desde la formación hasta el completo crecimiento, conservándolo, posteriormente, en la vida adulta, por el tiempo necesario. Otro aspecto importante está relacionado con la salud física en sí, mantenida por la acción fundamental del sistema inmunológico, que, a su vez, es sostenido por el periespíritu. Prueba de ello se deriva, por ejemplo, incluso del hecho de que la inmunodeficiencia, como podemos ver hoy, está estrechamente vinculada a factores que dicen, principalmente, con el equilibrio emocional. Desde la embriogénesis hasta la muerte, el periespíritu sostiene y mantiene el cuerpo físico.
Insensible a las causas de desintegración y destrucción que afectan al cuerpo físico, el periespíritu asegura la estabilidad de la vida en medio de la renovación continua de las células. Es el modelo invisible a través del cual las partículas orgánicas pasan y se suceden obedeciendo a líneas de fuerza, cuyo encuentro constituye este diseño, este plan inmutable, reconocido por Claude Bernard como necesario para mantener la forma humana en medio de las constantes modificaciones y de la renovación de los átomos.
Propriedades del periespíritu
Plasticidad
Propiedad que permite que el periespíritu se ajuste al comando de la mente espiritual. Ese poder plástico es más amplio en los Espíritus superiores, los menos evolucionados pueden presentar graves modificaciones en el periespíritu – zoantropía y ovoidización. (5)
Luminosidad
Propiedad relacionada a la densidad. La fluidez revela densidad menor y, cuanto menos denso, más luz emite. (5)
Penetrabilidad
Indica que el periespíritu de los Espíritus de mediana y superior evolución no encuentran dificultad para atravesar la materia del plano físico. (5)
Visibilidad
El periespíritu es usualmente invisible al encarnado, el médium vidente consigue ver la forma en que el desencarnado se presenta. (5)
Sensibilidad
En el Espíritu desencarnado, las sensaciones y percepciones son generales, captadas en toda la extensión del periespíritu, muy diferente de las localizadas o compartimentado del cuerpo somático. «Así, ve, oye, siente, en fin con todo el cuerpo periespiritual». (5)
Expansibilidad
El periespíritu es indivisible, pero puede expandirse mucho, ampliando la capacidad de visión y percepción del Espíritu. Por la expansibilidad, muy relacionada a la plasticidad, ocurren los fenómenos de bicorporiedad – tal como sucedía con Eurípedes Barsanulfo y con Antônio de Pádua – permite que el cuerpo físico del encarnado sea visto en un local y su periespíritu en otro. Tal propriedad sugiere, a los que desconocen como ocurre el fenómeno, la falsa impresión de que la persona está dividida en dos, ya que es vista en lugares diferentes. Poder de ampliar el campo de sensibilidad y de percepción. ◦ Exteriorización de la sensibilidad (videncia, por ejemplo). Emancipación del alma (desdoblamiento) (5)
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